Las empresas en España desempeñan un papel crucial en la economía del país, contribuyendo significativamente a los ingresos públicos y al empleo. Según el III Barómetro del Empresario, un estudio realizado por la Asociación Valenciana de Empresarios junto con la consultora GAD3, las empresas españolas aportaron el 33,8% de los ingresos públicos en 2023, lo que representa un aumento del 1,3% en comparación con el año anterior. Esta cifra es notablemente superior a la media de la Unión Europea, donde la contribución es un 7,7% menor.
En total, España cuenta con 3,25 millones de empresas activas, de las cuales el 99,8% son pequeñas y medianas empresas (PYMES). Estas empresas son responsables de emplear a 18,43 millones de personas, lo que equivale al 85,1% del total de ocupados en el país. Además, su contribución al Producto Interior Bruto (PIB) es impresionante, alcanzando los 1.380.790 millones de euros, lo que representa el 86,8% del total.
El impuesto de sociedades recaudado por estas empresas ascendió a 42.293 millones de euros, lo que representa el 11,9% de la recaudación total de tributos. A esto se suman las cotizaciones sociales a cargo de los empleadores, que alcanzan los 113.825 millones de euros, constituyendo el 71% de los ingresos de la Seguridad Social.
La percepción social sobre los empresarios es en su mayoría positiva. Según las encuestas de GAD3, el 77% de los encuestados tiene una opinión favorable sobre el papel de los empresarios, mientras que solo un 18% lo valora negativamente. La mayoría de los encuestados considera que la imagen de los empresarios se ha mantenido estable, y un 12% opina que ha mejorado. Las razones para esta mejora incluyen la generación de empleo y el crecimiento económico. Sin embargo, también hay quienes critican la influencia de la política nacional y la búsqueda del beneficio propio como factores que han deteriorado la imagen empresarial.
Los atributos más valorados en los empresarios son la perseverancia, el liderazgo y la amabilidad, aunque también se reconocen la visión, la confianza y la honestidad en menor medida. Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios, enfatizó que el empresariado español es el «motor de la economía» y el «sustento del estado del bienestar», destacando que cuantos más empresarios haya, mejor será la situación de la sociedad.
A pesar de estas contribuciones y percepciones positivas, el emprendimiento en España enfrenta desafíos significativos. Solo el 15% de los encuestados considera que emprender en el país es fácil, y esta opinión es más común entre aquellos que ya han tenido experiencia como emprendedores. La principal razón para no iniciar un negocio es la preferencia por la seguridad laboral que ofrece un empleo estable, una opinión respaldada por el 22% de los consultados. Esta preocupación ha superado a la falta de capital, que anteriormente era la razón más citada.
Otros factores que desincentivan el emprendimiento incluyen la incertidumbre, el riesgo financiero, el temor al fracaso, la falta de experiencia o conocimientos, y las barreras burocráticas. Narciso Michavila, presidente de GAD3, señaló que España es el país que más obstáculos presenta para el emprendimiento entre los 51 analizados, superando incluso a economías como la israelí o la ucraniana. Esta situación no se debe a los trabajadores ni a los empresarios, sino a un exceso de normativa y burocracia que mantiene al país anclado en un modelo obsoleto.
La percepción de la ciudadanía sobre el papel de los empresarios también se ha visto afectada por situaciones recientes, como la DANA que azotó la Comunidad Valenciana el 29 de octubre. Según el barómetro, el 65% de la población considera que los empresarios desempeñaron un papel relevante en el apoyo a las comunidades afectadas, mientras que solo un 29% opina que su contribución fue poco o nada relevante. Las formas de ayuda más destacadas incluyen la donación de proyectos y recursos, el apoyo logístico en transporte y maquinaria, y las ayudas económicas directas.
En resumen, las empresas españolas no solo son fundamentales para la economía del país, sino que también son valoradas por su compromiso social y su capacidad para generar empleo. Sin embargo, el entorno para el emprendimiento necesita mejoras significativas para fomentar un ecosistema empresarial más dinámico y accesible.