La reciente encuesta realizada por Lápiz Estratégico Consulting ha revelado un panorama desalentador para el gobierno de la Generalitat Valenciana, liderado por Carlos Mazón. La ciudadanía ha expresado su descontento no solo con la figura del president, sino también con la gestión del Consell en relación a la devastadora dana que afectó a la región el 29 de octubre del año pasado. Este evento trágico dejó un saldo de 228 muertos y causó daños materiales que ascienden a millones de euros. La opinión pública se ha manifestado claramente: un abrumador 81,2% de los encuestados considera que Mazón debería dimitir, y un 90% opina que no debería presentarse a la reelección.
La encuesta, que se llevó a cabo en el contexto del ecuador de la legislatura, también ha puesto de manifiesto la percepción negativa que tienen los ciudadanos sobre la gestión del Consell ante la catástrofe. Un alarmante 82,5% de los participantes calificó la actuación del gobierno autonómico como negativa, con un 54,9% de ellos señalando que fue muy mala. Solo un 1,9% de los encuestados valoró positivamente la gestión del Consell, lo que pone de relieve la falta de confianza en las instituciones locales.
La crítica se intensifica en la provincia de Alicante, donde el 90% de los ciudadanos desaprueba la actuación del ejecutivo. Castellón y Valencia no se quedan atrás, con un 80,1% y un 77,7% de valoraciones negativas, respectivamente. Además, se ha observado una diferencia de percepción entre géneros: los hombres son más críticos, con una valoración negativa cinco puntos superior a la de las mujeres. En términos de edad, los ciudadanos de entre 31 y 45 años son los más severos, con un 86,8% que desaprueba la gestión del Consell.
El descontento no se limita al gobierno actual, sino que también afecta a los partidos de la oposición. La encuesta ha revelado que el 55,9% de los encuestados critica la gestión del PSPV, el principal partido de la oposición, mientras que solo un 14,8% la aprueba. En el caso de Vox, el suspenso es generalizado, con un 50,4% de desaprobación y solo un 5,2% de apoyo. Compromís, aunque obtiene cifras ligeramente mejores, también se enfrenta a un claro suspenso, con un 41,6% de la población calificando su gestión como mala o muy mala.
La percepción de la responsabilidad en la gestión de la dana es otro aspecto crucial que la encuesta ha abordado. Un 67,2% de los encuestados considera que la Generalitat es la única responsable del retraso en el envío del mensaje de alerta a la población, mientras que solo un 16% señala al Gobierno central. Esta opinión se extiende a la falta de limpieza de ríos y barrancos, donde el 56,1% atribuye la culpa a la Generalitat, en comparación con el 26,4% que apunta al Ejecutivo de España.
La situación se complica aún más cuando se analiza la tardía llegada de los efectivos militares a las zonas afectadas. En este caso, el 47,6% de los ciudadanos responsabiliza al Gobierno central, mientras que un 40,1% señala a la Generalitat. Este panorama de desconfianza y descontento plantea serios interrogantes sobre la capacidad del Consell para gestionar crisis y responder a las necesidades de la ciudadanía.
La encuesta también ha puesto de relieve la creciente presión sobre el gobierno de Mazón, con la posibilidad de un adelanto electoral en el horizonte. La inestabilidad política y la falta de apoyo ciudadano podrían llevar a una reconfiguración del panorama político en la Comunitat Valenciana. La oposición ha comenzado a utilizar estos datos para exigir elecciones anticipadas, argumentando que la falta de confianza en el gobierno actual es insostenible.
En este contexto, la gestión de la dana se convierte en un tema central en la agenda política. La ciudadanía no solo está evaluando la respuesta inmediata a la crisis, sino también la capacidad del Consell para aprender de los errores y mejorar su gestión en el futuro. La presión sobre Mazón y su equipo es palpable, y la próxima etapa de su mandato podría verse marcada por la necesidad de recuperar la confianza de los ciudadanos y demostrar que son capaces de gestionar situaciones críticas de manera efectiva.
El descontento generalizado y la falta de apoyo a los partidos políticos en la región reflejan un momento crucial en la política valenciana. La ciudadanía está demandando respuestas y soluciones concretas, y la presión sobre el Consell para actuar de manera efectiva y responsable es más fuerte que nunca. La gestión de la dana no solo ha dejado cicatrices en la comunidad, sino que también ha puesto a prueba la capacidad del gobierno para enfrentar desafíos y responder a las expectativas de los ciudadanos.
