La fábula de Esopo sobre la gallina de los huevos de oro es un relato que resuena en la actualidad, especialmente en el contexto de la política fiscal en España. En esta historia, una pareja de granjeros, impulsados por la avaricia, decide sacrificar a su gallina que ponía huevos de oro, buscando obtener toda su riqueza de una sola vez. Sin embargo, su codicia les lleva a perder la fuente de su fortuna. Esta alegoría se puede aplicar a la situación actual de los contribuyentes españoles, quienes enfrentan una carga fiscal cada vez más pesada, especialmente en lo que respecta a la posesión y uso de automóviles.
La política fiscal del Ministerio de Hacienda, bajo la dirección de la ministra María Jesús Montero, ha sido objeto de críticas por su naturaleza extorsionadora y extractiva. Según un informe del Instituto Juan de Mariana, entre 2019 y 2023, el gobierno ha incrementado los impuestos en 81 ocasiones, lo que ha resultado en una recaudación neta de aproximadamente 42.000 millones de euros anuales. A pesar de las afirmaciones del gobierno sobre la reducción de impuestos, la realidad es que la presión fiscal en España ha aumentado considerablemente, convirtiendo al país en uno de los más gravados de la eurozona.
### La Estrategia Fiscal del Gobierno
La estrategia fiscal del gobierno ha sido calificada como «populismo fiscal», donde las subidas de impuestos son permanentes, mientras que las reducciones son temporales y en respuesta a crisis específicas, como la inflación provocada por la pandemia de COVID-19. En este contexto, la carga fiscal sobre los automóviles se ha convertido en un tema central. Los automovilistas en España enfrentan una serie de impuestos que gravan no solo la compra de vehículos, sino también su uso diario.
César Sinde, un experto en economía y seguridad vial, ha destacado en diversas entrevistas la cantidad de impuestos que se aplican a los automóviles. En 2023, se identificaron hasta 15 diferentes figuras tributarias que afectan a los conductores, incluyendo el IVA por la compra de vehículos, el impuesto de matriculación, el IVA del combustible, y otros impuestos municipales y autonómicos. En total, se estima que la recaudación por estos conceptos alcanzó los 40.000 millones de euros en 2023.
Además de estos impuestos, se han introducido nuevas tasas, como el impuesto por contaminación por CO2 en Cataluña y las tasas por aparcamiento en zonas reguladas. La reciente propuesta del gobierno de implementar peajes en autopistas y carreteras ha suscitado un gran debate, ya que se estima que podría generar ingresos adicionales de hasta 49.000 millones de euros anuales. Este nuevo impuesto ha sido justificado por el estado de las infraestructuras, que muchos consideran inadecuado, pero la pregunta persiste: ¿es necesario un nuevo gravamen cuando ya se recauda tanto?
### La Reacción de los Contribuyentes
La creciente carga fiscal ha llevado a muchos contribuyentes a cuestionar la sostenibilidad de este modelo. La avaricia del gobierno por obtener más ingresos puede estar llevando a una situación en la que los ciudadanos se sientan abrumados y busquen alternativas, como la deslocalización de empresas o la economía sumergida. Este fenómeno podría desencadenar una rebelión tributaria, no solo entre los trabajadores asalariados, sino también entre los empresarios que ven cómo sus márgenes de beneficio se reducen debido a la presión fiscal.
La insatisfacción con la política fiscal actual ha llevado a un aumento en la discusión sobre la justicia y la equidad del sistema tributario. Muchos ciudadanos sienten que están siendo tratados como «gallinas de los huevos de oro», donde el gobierno extrae constantemente recursos sin ofrecer a cambio un servicio adecuado o una mejora en la calidad de vida. La percepción de que el gobierno es derrochador y cleptómano ha alimentado el descontento y la desconfianza hacia las instituciones.
En este contexto, es crucial que los responsables políticos reconsideren su enfoque hacia la fiscalidad. La historia de la gallina de los huevos de oro nos recuerda que la avaricia puede llevar a la ruina. Si el gobierno continúa extrayendo recursos sin ofrecer un retorno significativo a los contribuyentes, podría estar sembrando las semillas de una insurrección fiscal que amenace la estabilidad económica del país. La clave está en encontrar un equilibrio entre la recaudación necesaria para financiar servicios públicos y el respeto por la capacidad de los ciudadanos para contribuir sin sentirse explotados.
