En un conmovedor relato, la madre de una niña de 14 años agredida sexualmente por un menor inmigrante en Hortaleza ha compartido su angustia y desesperación. La joven, que ha vivido una experiencia traumática, se encuentra en un estado de shock y miedo, lo que ha llevado a su madre a buscar respuestas y justicia. La madre, que ha decidido mantener su identidad en el anonimato, ha expresado su dolor y la lucha diaria que enfrenta su hija tras el ataque.
La madre relata que su hija fue víctima de un intento de violación, donde el agresor, un menor de 17 años, la atacó de forma violenta. «La cogió del cuello, le hizo un mataleón para dejarla inconsciente y hacerle lo que él quisiera», explica con lágrimas en los ojos. La joven, en un acto de valentía, logró defenderse mordiendo al agresor, lo que le permitió escapar y pedir ayuda. La intervención de una vecina que escuchó sus gritos fue crucial para que la policía llegara a tiempo y detuviera al atacante.
El impacto psicológico en la menor ha sido devastador. La madre revela que su hija no quiere salir de casa y que cada vez que lo hace, siente la necesidad de estar acompañada. «Ella está psicológicamente mal. No quiere volver al instituto. Está en casa metida todo el día», comenta, reflejando la angustia que ambas viven a raíz de este suceso. La madre también menciona que su propia madre, la abuela de la niña, se encuentra en estado de shock, llorando constantemente por el sufrimiento de su nieta.
La situación se complica aún más al descubrir que el agresor tenía antecedentes de agresión sexual. La madre se pregunta cómo es posible que alguien con un historial así estuviera libre y en un centro de menores en su barrio. «¿Qué hacía este personaje rondando por ahí libre?», se indigna. La comunidad de Hortaleza también ha expresado su preocupación por la inseguridad en la zona, donde se han reportado robos y otros delitos atribuidos a menores extranjeros no acompañados.
La madre ha decidido tomar acción y busca que el centro de menores sea trasladado a otra ubicación, lejos de su barrio. «Quiero recoger firmas y que este centro lo cierren y se lo lleven a otro lado», afirma con determinación. La situación ha generado un debate en la comunidad sobre la seguridad y la gestión de los centros de menores, así como sobre la protección de las víctimas de agresiones sexuales.
Este caso ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar la violencia de género y la protección de los menores en situaciones vulnerables. La madre de la niña no solo busca justicia para su hija, sino también un cambio en las políticas que regulan la convivencia en su comunidad. La lucha por la seguridad y el bienestar de su hija es ahora su prioridad, y su voz se suma a la de muchas otras madres que enfrentan situaciones similares.
La historia de esta madre y su hija es un recordatorio de la fragilidad de la seguridad en nuestras comunidades y de la importancia de actuar para proteger a los más vulnerables. La sociedad debe unirse para garantizar que los agresores enfrenten las consecuencias de sus actos y que se implementen medidas efectivas para prevenir futuros incidentes. La voz de esta madre resuena como un llamado a la acción, no solo para su hija, sino para todas las víctimas de violencia que merecen ser escuchadas y protegidas.