La situación política en Cataluña se encuentra en un punto de inflexión, con Junts, el partido nacionalista liderado por Carles Puigdemont, convocando a sus militantes a participar en una consulta interna que podría marcar el rumbo de la formación. Desde la mañana del miércoles, aproximadamente 6,500 miembros de Junts están llamados a votar telemáticamente sobre la decisión de romper el acuerdo de investidura con el PSOE, un paso que podría tener repercusiones significativas en la política catalana y española.
### Contexto de la Consulta
La pregunta que se plantea a los militantes es clara: «¿Estás de acuerdo con la propuesta de la dirección ejecutiva nacional de dar por finalizado el acuerdo de investidura con el PSOE ante los reiterados incumplimientos de sus compromisos?» Esta consulta se produce en un contexto de creciente tensión dentro del partido, donde la cúpula ha mostrado un apoyo unánime a la ruptura, respaldada por el 93% del consejo nacional. Sin embargo, la participación de los militantes es un factor crucial que podría influir en la interpretación de los resultados.
La historia reciente de Junts está marcada por decisiones difíciles y divisiones internas. En 2023, la formación consultó a sus bases sobre el acuerdo de investidura con el PSOE, obteniendo un apoyo del 86% con una participación del 67%. Esta vez, la dirección espera una mayoría amplia, pero la inquietud por la participación podría ser un indicador de descontento entre los militantes, especialmente ante el auge de Aliança Catalana, un partido que ha comenzado a ganar terreno entre los votantes nacionalistas.
### La Ruptura y sus Implicaciones
La decisión de romper con el PSOE no es trivial. Junts ha estado en una relación de colaboración con el partido socialista desde hace tiempo, y la ruptura podría significar un cambio radical en la estrategia política del partido. La dirección ha manifestado su intención de no respaldar los Presupuestos Generales del Estado y de concluir la mesa de diálogo en Suiza, lo que podría llevar a un aumento de la tensión entre Cataluña y el gobierno central.
Históricamente, Junts ha enfrentado desafíos internos significativos. En 2022, Puigdemont forzó la salida de su partido del Govern presidido por Pere Aragonès de ERC, lo que dejó a la formación dividida entre los que deseaban continuar en el gobierno y aquellos que abogaban por una ruptura. En esa ocasión, el 55% de los asociados votó a favor de la ruptura, lo que evidenció la polarización dentro del partido.
La actual consulta se presenta como una oportunidad para que los militantes expresen su opinión sobre el futuro de Junts, pero también plantea preguntas sobre la cohesión interna del partido. La dirección ha estado bajo presión de alcaldes y líderes locales que han pedido un cambio en la estrategia, lo que refleja una creciente insatisfacción con la dirección actual del partido.
A medida que se acerca la hora de cierre de las urnas, la atención se centra en la participación de los militantes. Un bajo nivel de participación podría interpretarse como un mensaje de alerta para la cúpula de Junts, sugiriendo que la base no está completamente alineada con la dirección que se ha tomado. Por otro lado, un apoyo mayoritario podría consolidar la posición de Puigdemont y su equipo, permitiéndoles avanzar con su agenda sin el temor de una revuelta interna.
La consulta no solo es un reflejo de la situación interna de Junts, sino que también tiene implicaciones más amplias para la política en Cataluña. La ruptura con el PSOE podría abrir la puerta a una nueva fase de confrontación entre el gobierno catalán y el español, especialmente en un momento en que las tensiones sobre la autodeterminación y la gestión del conflicto político siguen siendo temas candentes.
En resumen, la consulta de Junts es un evento crucial que podría definir el futuro del partido y su relación con el gobierno español. A medida que los militantes votan, el resultado no solo afectará a Junts, sino que también tendrá repercusiones en el panorama político más amplio de Cataluña y España. La decisión que se tome en las próximas horas podría ser un punto de inflexión en la historia reciente del nacionalismo catalán, y todos los ojos estarán puestos en los resultados que se anunciarán tras el cierre de las urnas.
