El panorama político catalán está experimentando un cambio significativo con la aparición de nuevas fuerzas que desafían el dominio de los partidos tradicionales. En este contexto, Sílvia Orriols y su formación, Aliança Catalana, se están posicionando como una alternativa viable para aquellos votantes que buscan un enfoque más radical y menos moderado en el independentismo catalán. Este fenómeno no solo representa una competencia electoral, sino que también plantea preguntas sobre la identidad y el futuro del nacionalismo en Cataluña.
La irrupción de Aliança Catalana ha generado un debate interno en Junts per Catalunya, el partido que hasta ahora había monopolizado el espacio de la derecha independentista. Orriols ha sabido captar el descontento de un sector del electorado que se siente frustrado con la gradualidad y la moderación que ha caracterizado a Junts en los últimos años. Su discurso, que enfatiza la identidad catalana y critica la inmigración, ha resonado con un segmento de la población que busca una alternativa más contundente y clara en sus propuestas.
### La Estrategia de Aliança Catalana
Aliança Catalana se ha presentado como una fuerza que no teme abordar temas sensibles como la inmigración, proponiendo medidas drásticas que incluyen el cierre de fronteras y la expulsión de inmigrantes irregulares. Esta postura contrasta marcadamente con la de Junts, que ha optado por una estrategia más conciliadora y moderada. Según datos recientes, un 41,7% de los votantes de Orriols había apoyado a Junts en las elecciones de 2021, lo que indica que la nueva formación está captando un electorado que se siente desilusionado con la dirección que ha tomado el partido tradicional.
Las encuestas sugieren que, si se celebraran elecciones en este momento, Junts podría perder cerca del 5% de su electorado en favor de Aliança Catalana. Este cambio en la dinámica electoral podría llevar a Aliança a aumentar su representación en el parlamento catalán de 2 a entre 10 y 11 escaños, mientras que Junts podría caer de aproximadamente 35 a entre 28 y 30 escaños. Este escenario plantea un desafío significativo para Junts, que se ve obligado a reconsiderar su estrategia y su discurso para retener a su base electoral.
### La Tensión Interna en Junts
La competencia con Aliança Catalana ha generado tensiones internas en Junts, donde algunos miembros critican la ambigüedad de la dirección del partido respecto a la nueva formación. La postura de Junts de no querer colaborar con Aliança, a la que consideran un partido que fomenta el odio, podría ser vista como una estrategia para mantener su identidad, pero también podría resultar en una pérdida de votos si no logran conectar con aquellos que buscan un enfoque más radical.
Un ejemplo de esta tensión se evidenció en Ripoll, donde Junts decidió no apoyar una moción de censura contra Orriols, lo que fue interpretado como una señal de debilidad. Esta situación refleja la dificultad que enfrenta Junts para definir su posición en un contexto donde el electorado busca alternativas más claras y contundentes. La presión electoral podría llevar a Junts a flexibilizar su postura, lo que a su vez podría comprometer su credibilidad ante los votantes que valoran la firmeza en las posiciones políticas.
El desafío para Junts no es solo electoral, sino también identitario. La pregunta que se plantea es: ¿qué representa Junts en un panorama donde fuerzas como Aliança Catalana están disputando su espacio? La fragmentación del independentismo catalán se hace evidente, ya que no solo se enfrentan el independentismo y el constitucionalismo, sino también diferentes modelos de independentismo que compiten por el mismo electorado.
La situación actual en Cataluña es un reflejo de un cambio más amplio en la política española, donde las fuerzas emergentes están desafiando a los partidos tradicionales. La capacidad de Junts para adaptarse a esta nueva realidad determinará su relevancia futura en el panorama político catalán. La competencia con Aliança Catalana podría obligar a Junts a redefinir su estrategia y su discurso, buscando un equilibrio entre mantener su identidad y atraer a un electorado que busca un cambio más radical en la política catalana.
