La Diputación de Valencia está llevando a cabo una reestructuración significativa en su área de Cultura, con un enfoque particular en el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM). Esta decisión, que ha generado un amplio debate, implica la reducción de personal y la redistribución de funciones dentro de la institución cultural. Según fuentes oficiales, se prevé que entre tres y cuatro puestos sean eliminados en el MuVIM, lo que ha suscitado preocupaciones sobre el futuro de la gestión cultural en la región.
### Cambios en la Estructura del MuVIM
La reestructuración del MuVIM se enmarca dentro de un plan más amplio de la Diputación, que busca optimizar la gestión de sus recursos culturales. El diputado de Cultura, Francisco Teruel, ha confirmado que se procederá a la redistribución del personal afectado hacia otras instituciones culturales, como la Oficina de Restauración y Difusión del Patrimonio Artístico (Ofitec), el Museu d’Etnologia y el Museu de Prehistòria. Esta medida se justifica por la necesidad de equilibrar la plantilla y mejorar la eficiencia en la gestión de los museos provinciales.
Uno de los cambios más destacados es la posible amortización de la plaza de subdirección del MuVIM, actualmente ocupada por Carmen Ninet. Su situación ha sido objeto de controversia, ya que se ha abierto un expediente de investigación para determinar si su nombramiento se ajusta a los procedimientos establecidos. Ninet, quien es personal laboral y no funcionaria, ocupa un puesto de alta categoría (A1), lo que ha llevado a cuestionar la adecuación de su posición en relación con su formación académica.
La Diputación argumenta que la dirección del MuVIM está «sobredimensionada», dado que tanto Ninet como el director actual, Rafael Company, tienen atribuciones similares. Esta percepción de exceso de personal ha llevado a la decisión de suprimir la subdirección, lo que podría tener un impacto significativo en la gestión del museo.
### Implicaciones de la Reestructuración
La reestructuración del MuVIM no solo afecta a la plantilla, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de la gestión cultural en Valencia. La redistribución del personal busca reducir el número de trabajadores en el MuVIM, que ha sido considerado como un museo con un exceso de personal, especialmente desde la administración anterior. Esta situación ha llevado a la Diputación a considerar la necesidad de reforzar otras entidades culturales, como la Ofitec y los museos de Etnología y Prehistoria, que requieren más personal para llevar a cabo sus proyectos.
Además, la situación de Carmen Ninet ha generado un debate sobre la normativa que rige la jubilación de los empleados públicos. A diferencia de los funcionarios, que deben prorrogar su servicio activo hasta los 70 años, los empleados laborales como Ninet tienen la opción de jubilarse a partir de los 65 años. Esto añade un nivel de complejidad a la reestructuración, ya que su decisión podría influir en la composición final de la plantilla del MuVIM.
La Diputación ha enfatizado que estos cambios no son una respuesta a la reciente controversia sobre la titulación de otros funcionarios, sino que forman parte de un plan que se venía gestando desde hace meses. Sin embargo, la coincidencia de estos eventos ha generado críticas y desconfianza entre algunos sectores de la cultura en Valencia, que temen que la reestructuración pueda afectar la calidad y la diversidad de la oferta cultural en la región.
En este contexto, la Diputación se enfrenta al reto de comunicar de manera efectiva los beneficios de esta reestructuración y asegurar que la calidad de los servicios culturales no se vea comprometida. La redistribución del personal y la optimización de recursos son pasos necesarios, pero deben ser gestionados con cuidado para evitar un impacto negativo en la percepción pública de las instituciones culturales de Valencia.
La situación actual del MuVIM y la reestructuración del área de Cultura son un reflejo de los desafíos que enfrentan las instituciones culturales en un entorno en constante cambio. La necesidad de adaptarse a nuevas realidades y optimizar recursos es crucial, pero también lo es mantener la confianza del público y garantizar que la cultura siga siendo un pilar fundamental en la vida de la comunidad valenciana.