Luis Carrero Pérez, exasesor de Moncloa y colaborador de David Sánchez en la Diputación de Badajoz, ha decidido renunciar a su puesto en la institución provincial. Esta decisión se produce en medio de una investigación judicial que involucra a varios funcionarios y a la contratación de Sánchez, hermano del presidente del Gobierno. Carrero, quien ocupaba el cargo de Jefe de Sección de Coordinación de Centros y Programas de Actividades Transfronterizas, había estado en la Diputación desde el 1 de enero de 2024, pero su renuncia se formalizó el 30 de junio, cinco meses antes de lo previsto.
La situación ha suscitado un gran interés mediático y ha puesto de relieve las conexiones entre la política y la administración pública en Extremadura. Carrero, funcionario de carrera de la Escuela Oficial de Idiomas de Mérida, había sido contratado en comisión de servicio, lo que le permitía desempeñar funciones en la Diputación mientras mantenía su puesto original. Sin embargo, su relación cercana con David Sánchez ha despertado sospechas sobre la legalidad de su contratación.
### La Investigación Judicial
La jueza Beatriz Biedma está al frente de la investigación que examina la contratación de David Sánchez en 2017 y si este utilizó su posición para influir en la selección de Carrero. Durante los interrogatorios, se ha mencionado la «estrecha relación» entre ambos, evidenciada por correos electrónicos interceptados por la UCO de la Guardia Civil. En estos mensajes, Carrero se refería a Sánchez como «hermanito», lo que ha llevado a cuestionar la imparcialidad del proceso de selección.
Uno de los puntos críticos de la investigación es el proyecto ‘Operegrina’, que buscaba llevar la ópera a las zonas rurales de Extremadura mediante un teatro portátil, financiado con fondos europeos. Aunque se firmó un acuerdo de colaboración entre varias entidades, el proyecto no logró obtener la subvención necesaria para su desarrollo. Carrero, que en ese momento trabajaba en Moncloa, había sido llamado a colaborar en la redacción de informes para presentar a las entidades públicas y privadas.
La jueza ha señalado que la relación de amistad entre Carrero y Sánchez podría haber influido en la decisión de su contratación. Carrero, por su parte, ha declarado que no tenía conocimiento de que su puesto estuviera garantizado y que no le consta que Sánchez hubiera movido hilos para facilitar su incorporación a la Diputación. Sin embargo, su declaración ante la jueza ha dejado entrever que la amistad que los une podría haber jugado un papel en su selección.
### Consecuencias y Repercusiones
La renuncia de Carrero no solo marca un cambio en su trayectoria profesional, sino que también pone en jaque la credibilidad de la Diputación de Badajoz y de sus procesos de contratación. La investigación en curso ha llevado a que otros diez funcionarios, incluido Miguel Ángel Gallardo, expresidente de la Diputación y líder de los socialistas extremeños, sean investigados por su posible implicación en el caso.
La situación ha generado un clima de incertidumbre en la administración pública de la región, donde la confianza en las instituciones se ve amenazada por este tipo de escándalos. La ciudadanía exige transparencia y responsabilidad en la gestión pública, especialmente en un contexto donde se manejan fondos europeos y recursos destinados al desarrollo cultural y social.
La renuncia de Carrero también plantea preguntas sobre la ética en la política y la administración pública. ¿Hasta qué punto las relaciones personales deben influir en decisiones laborales? ¿Qué mecanismos de control existen para evitar que se produzcan abusos de poder en la contratación de personal? Estas son cuestiones que deberán ser abordadas no solo por la justicia, sino también por la sociedad en su conjunto.
En un momento en que la política está bajo el escrutinio público, la situación de Luis Carrero y David Sánchez podría ser un catalizador para un cambio necesario en la forma en que se gestionan las instituciones públicas en España. La investigación sigue su curso y se espera que se tomen decisiones que puedan afectar a la carrera de varios funcionarios y a la reputación de la Diputación de Badajoz.