La temporada 2024-2025 de la NBA quedará grabada en la memoria de los aficionados al baloncesto, especialmente para los seguidores de los Oklahoma City Thunder. Este equipo, que ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, logró alzarse con el campeonato de la NBA por primera vez desde su reubicación a Oklahoma, superando a los Indiana Pacers en un emocionante séptimo partido de las finales. La victoria, con un marcador de 103-91, no solo representa un hito para la franquicia, sino también un testimonio del arduo trabajo y la dedicación de todos los involucrados.
### Un Camino de Superación y Trabajo en Equipo
Los Thunder, que finalizaron la temporada regular con un impresionante récord de 68 victorias y 14 derrotas, demostraron ser un equipo formidable en la Conferencia Oeste. Su éxito no se debió únicamente a la brillantez individual de sus jugadores, sino a un enfoque colectivo que les permitió superar a rivales de gran calibre. En los playoffs, el equipo barrió a los Memphis Grizzlies y luego se impuso a los Denver Nuggets, liderados por el talentoso Nikola Jokic. En la final de conferencia, los Thunder mostraron su dominio al vencer a los Minnesota Timberwolves, lo que les permitió llegar a las finales con una gran confianza.
El séptimo partido contra los Pacers fue un verdadero espectáculo. Sin embargo, la historia del juego se vio marcada por la desafortunada lesión de Tyrese Haliburton, la estrella de los Pacers, quien sufrió una ruptura del tendón de Aquiles en el primer cuarto. Este incidente no solo afectó el rendimiento de Indiana, sino que también alteró la dinámica del partido, dejando a los Thunder con una ventaja significativa. A pesar de que los Pacers lograron irse al descanso con una ligera ventaja, la segunda mitad fue dominada por Oklahoma City, que aprovechó la oportunidad para consolidar su victoria.
### Shai Gilgeous-Alexander: El Héroe de la Temporada
El jugador que brilló con luz propia durante toda la temporada fue Shai Gilgeous-Alexander. Con solo 26 años, se convirtió en el MVP de la temporada regular, promediando 32,7 puntos por partido. Su capacidad para anotar y asistir lo convirtió en un pilar fundamental para el éxito del equipo. En el decisivo séptimo partido, Gilgeous-Alexander registró unas impresionantes estadísticas de 29 puntos, 5 rebotes y 12 asistencias, demostrando su versatilidad y compromiso con el equipo.
Lo que hace aún más notable su logro es que se unió a un selecto grupo de leyendas de la NBA al conseguir el MVP de la temporada regular, el MVP de las finales y el título de campeón en un mismo año. Solo Kareem Abdul-Jabbar, Michael Jordan y Shaquille O’Neal habían logrado esta hazaña en la historia de la liga. Este reconocimiento no solo subraya su talento individual, sino también su capacidad para elevar el rendimiento de sus compañeros.
La química del equipo fue evidente en cada partido. Los Thunder no eran solo un grupo de jugadores talentosos, sino un conjunto que funcionaba como un engranaje bien aceitado. La dirección del entrenador Mark Daigneault fue crucial para mantener la cohesión del equipo y maximizar el potencial de cada jugador. La estrategia defensiva del equipo fue igualmente impresionante, lo que les permitió limitar las oportunidades de anotación de sus oponentes y capitalizar en los momentos clave.
La afición de Oklahoma City también desempeñó un papel fundamental en el éxito del equipo. El Paycom Center se convirtió en un fortín, donde los seguidores apoyaron a su equipo incondicionalmente. La atmósfera electrizante durante las finales fue un factor motivador que impulsó a los jugadores a dar lo mejor de sí mismos en la cancha.
A medida que los Thunder celebran su primer campeonato en la era moderna, la mirada está puesta en el futuro. Con un núcleo joven y talentoso, las expectativas son altas para las próximas temporadas. La combinación de experiencia y juventud, junto con un enfoque en el trabajo en equipo, sugiere que este equipo podría estar en la cúspide de una nueva dinastía en la NBA. La historia de los Oklahoma City Thunder es un recordatorio de que con perseverancia, trabajo en equipo y un poco de suerte, los sueños pueden hacerse realidad en el mundo del deporte.