La situación en el Mar de China Meridional ha alcanzado niveles de tensión alarmantes, especialmente en el Bajo de Masilonc, un área que se ha convertido en un punto focal de disputas territoriales entre China y Filipinas. Este artículo examina los recientes incidentes en esta región, el contexto histórico que ha llevado a la actual crisis y las implicaciones geopolíticas que surgen de este conflicto.
### Incidentes Recientes en el Bajo de Masilonc
El 16 de septiembre de 2025, se produjo un enfrentamiento significativo entre buques chinos y filipinos en el Bajo de Masilonc. Durante este incidente, dos buques guardacostas chinos atacaron al BRP Datu Gumbay Paing, un barco pesquero filipino, utilizando cañones de agua. Este ataque no solo causó daños considerables a la embarcación, sino que también dejó a un marinero filipino herido. Este evento se produjo en un contexto de creciente agresión por parte de China, que ha estado expandiendo su influencia en el Mar de China Meridional, desafiando las reclamaciones de soberanía de Filipinas.
La acción china se produjo solo días después de que el Consejo de Estado de China declarara el banco de arena, conocido en Filipinas como Panatag y en China como Huangyan Dao, como una «reserva natural nacional». Esta declaración fue recibida con oposición tanto por parte del gobierno filipino como del estadounidense, que ven en estas acciones una violación de los derechos soberanos de Filipinas sobre su zona económica exclusiva.
El Bajo de Masilonc es un área estratégica, no solo por su ubicación geográfica, sino también por su importancia económica. La zona se encuentra dentro de la franja de aguas internacionales que se extiende entre 12 y 200 millas náuticas de la costa, donde Filipinas tiene derechos sobre recursos marinos. Sin embargo, la reclamación de China sobre esta área, que forma parte de su controvertida «línea de nueve rayas», ha llevado a una serie de confrontaciones que han puesto en riesgo la estabilidad regional.
### Contexto Histórico y Legal
La disputa sobre el Bajo de Masilonc no es un fenómeno reciente. En 2016, un panel de arbitraje internacional en La Haya falló a favor de Filipinas, invalidando las reclamaciones de soberanía de China sobre el Mar de China Meridional. Este fallo fue un hito importante en la lucha de Filipinas por sus derechos territoriales, pero China ha desestimado la decisión, manteniendo que es «ilegal, nula y sin valor». Desde entonces, la situación ha evolucionado, con China aumentando su presencia militar y económica en la región.
La historia de la tensión en el Bajo de Masilonc se remonta a 2012, cuando China tomó el control de la zona tras un enfrentamiento con las fuerzas filipinas. Desde entonces, la administración estadounidense ha estado involucrada en la mediación de la crisis, aunque su compromiso ha sido cuestionado. En 2012, un alto funcionario militar estadounidense declaró que no se permitiría que Estados Unidos se viera arrastrado a un conflicto por una «disputa de rocas», lo que ha llevado a la percepción de que Estados Unidos no está dispuesto a defender a sus aliados en el sudeste asiático.
La falta de una respuesta contundente por parte de Estados Unidos ha alentado a China a continuar con su agresiva política de expansión. La administración Obama, en particular, fue criticada por su enfoque pasivo, lo que permitió a China consolidar su control sobre el Bajo de Masilonc y otras áreas disputadas. Este vacío de poder ha llevado a una escalada de las tensiones, con China buscando expandir su influencia en el Mar de China Meridional y más allá.
### Implicaciones Geopolíticas
La situación en el Bajo de Masilonc tiene implicaciones que van más allá de la simple disputa territorial entre China y Filipinas. El Mar de China Meridional es una vía crucial para el comercio global y un área de gran interés estratégico para Estados Unidos y sus aliados. La creciente militarización de la región por parte de China plantea un desafío significativo para la seguridad regional y global.
Expertos en seguridad han advertido que si Estados Unidos no actúa para defender sus intereses y los de sus aliados en el Bajo de Masilonc, podría enfrentar consecuencias más graves en el futuro. La historia reciente ha demostrado que la falta de acción puede llevar a una mayor agresión por parte de adversarios como China, que podrían sentirse incentivados a expandir su influencia en otras áreas, como Guam o incluso la costa oeste de Estados Unidos.
Además, la crisis en el Bajo de Masilonc refleja un patrón más amplio de confrontación entre China y Estados Unidos en la región del Indo-Pacífico. A medida que China continúa desafiando el orden internacional establecido, la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva por parte de Estados Unidos y sus aliados se vuelve cada vez más urgente. La situación actual es un recordatorio de que el equilibrio de poder en la región está en juego y que las decisiones tomadas hoy tendrán repercusiones a largo plazo.
En resumen, el Bajo de Masilonc se ha convertido en un microcosmos de las tensiones geopolíticas más amplias en el Mar de China Meridional. La combinación de agresión china, la falta de una respuesta firme por parte de Estados Unidos y la importancia estratégica de la región hacen que esta situación sea crítica. A medida que las naciones del mundo observan, el futuro del Bajo de Masilonc y la estabilidad en el Mar de China Meridional dependerán de las decisiones que se tomen en los próximos meses y años.