En medio de la crisis provocada por la dana, Vox ha encontrado una oportunidad para reposicionar su imagen y fortalecer su influencia en la política valenciana. La reciente catástrofe ha puesto a prueba la gestión del Partido Popular (PP), y Vox ha decidido capitalizar el desgaste que esta situación ha generado en sus rivales. La dinámica política en la Comunitat ha cambiado drásticamente desde el inicio de la legislatura, y el partido de Santiago Abascal se enfrenta a un panorama lleno de retos y oportunidades.
**La Transformación de Vox en la Legislatura Actual**
Desde el comienzo de esta legislatura, Vox ha experimentado una transformación significativa. En sus inicios, el partido se encontraba en una posición de fuerza, gracias a su alianza con el PP. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente tras la dana del 29 de octubre, que ha expuesto las debilidades de la gestión del PP y ha permitido a Vox adoptar una postura más crítica. La salida de Carlos Flores Juberías, una de las figuras más visibles de Vox en la Comunitat, debido a un escándalo personal, marcó el inicio de una serie de cambios en la dirección del partido.
La llegada de nuevos líderes, como Juanma Badenas, no ha estado exenta de controversias. Su gestión ha sido objeto de críticas, especialmente tras la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía relacionada con contratos en la fundación Valencia Activa. Este escándalo ha permitido a Vox distanciarse de la gestión del PP, a pesar de que Badenas fue parte del gobierno. La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, se ha visto obligada a tomar decisiones difíciles, como la reincorporación de Badenas al gobierno, lo que ha generado tensiones internas en el partido.
**La Estrategia de Vox ante la Crisis de la Dana**
La estrategia de Vox en respuesta a la dana ha sido clara: criticar la gestión del Consell mientras se posicionan como una alternativa viable. A pesar de reconocer errores en la gestión del PP, Vox ha evitado personalizar la culpa en su presidente, lo que les ha permitido mantener una imagen de unidad y fortaleza. Este enfoque ha sido efectivo, ya que las encuestas indican un aumento en el apoyo a Vox, a pesar de que el partido no ha estado en el gobierno durante más de un año.
La relación entre Vox y el PP se ha vuelto más compleja. El PP necesita el apoyo de Vox para aprobar los presupuestos, lo que ha llevado a una situación en la que Vox puede negociar desde una posición de fuerza. La presión sobre el PP ha aumentado, especialmente con la proximidad del debate de política general y las manifestaciones relacionadas con la dana. Vox ha sabido aprovechar esta coyuntura para posicionarse como un socio prioritario en Les Corts, lo que les permite influir en la agenda política de la Comunitat.
A medida que se acercan las elecciones de 2027, Vox se encuentra en una posición favorable. La radicalización del partido ha llevado a un cambio en su base de apoyo, con un escoramiento hacia posiciones más conservadoras. Este cambio ha sido liderado por figuras como Jorge Buxadé, quien ha ganado influencia dentro del partido. La estrategia de Vox se centra en mantener su base de apoyo mientras atraen a nuevos votantes descontentos con la gestión del PP.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de Vox y su capacidad para mantener su relevancia en la política valenciana. La gestión de la dana ha sido un punto crítico que ha puesto a prueba la capacidad del PP para gobernar, y Vox ha sabido capitalizar esta debilidad. Sin embargo, la incertidumbre sobre la aprobación de los presupuestos para 2026 y la posibilidad de nuevas crisis podrían alterar el equilibrio de poder en la Comunitat.
En resumen, Vox ha encontrado en la crisis de la dana una oportunidad para reposicionarse y fortalecer su influencia en la política valenciana. A medida que se acercan las elecciones de 2027, el partido deberá navegar por un panorama político complejo, donde la gestión de la crisis y la relación con el PP serán factores determinantes para su éxito futuro.