La Feria de San Miguel en Sevilla se ha consolidado como un evento emblemático en el calendario taurino, donde la tradición y el arte del toreo se entrelazan en un espectáculo que atrae a aficionados de todo el mundo. Este año, la corrida, presentada por Victoriano del Río, ha sido un claro ejemplo de cómo el toreo puede ser tanto un arte como una demostración de valor. En esta ocasión, los toreros Juan Ortega, David de Miranda y Pablo Aguado se enfrentaron a toros que, aunque desiguales en presentación, ofrecieron momentos de gran emoción y técnica.
La tarde comenzó con un ambiente cargado de expectativas, donde el público, fiel a su cita, llenó la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería. La corrida de Victoriano del Río, conocida por su bravura, no decepcionó. Desde el primer toro, el espectáculo se tornó en una danza entre el torero y el animal, donde cada pase se convirtió en un diálogo lleno de tensión y arte.
### La Técnica y el Valor en el Toreo
Juan Ortega, uno de los toreros más esperados de la tarde, comenzó su faena con un toro que, aunque no mostró la entrega esperada, permitió que Ortega desplegara su técnica. A pesar de que el primer toro se tapaba por la cara y su embestida fue descompuesta, Ortega logró conectar con el público a través de su toreo de arrojo. Su habilidad para ejecutar un quite a la verónica, rematado con una media, fue uno de los momentos más aplaudidos de la tarde. Sin embargo, la estocada final no fue la mejor, lo que llevó a que el público pidiera una segunda oreja que el presidente de la plaza no concedió.
Por su parte, David de Miranda, quien sustituyó a Manzanares, tuvo una actuación destacada. Su primer toro, aunque no tuvo la fijeza deseada, le permitió demostrar su valentía y destreza. La tensión en los tendidos aumentó con cada pase, y su final por bernadinas encendió los ánimos del público. A pesar de que su estocada fue desprendida, la oreja que recibió fue un reconocimiento a su entrega y habilidad en el ruedo.
Pablo Aguado, conocido por su estilo clásico y elegante, también dejó su huella en la tarde. Su primer toro, un ejemplar que rompió el pitón al rematar contra el burladero, le ofreció la oportunidad de mostrar su maestría. Aguado, con su toreo de verdad, logró conectar con el público, aunque un pinchazo le privó de una posible oreja. Su capacidad para adaptarse a las circunstancias del toro fue notable, y su actuación se situó al nivel de sus compañeros.
### La Emoción de la Corrida y sus Incidencias
La corrida no estuvo exenta de incidentes. Uno de los momentos más dramáticos fue la cornada sufrida por el banderillero Sánchez Araujo, quien, tras un desafortunado encuentro con el toro, fue atendido en la enfermería de la plaza. Este tipo de situaciones recuerda la naturaleza peligrosa del toreo y la valentía que requieren los profesionales del arte.
Además, se guardó un minuto de silencio en memoria de María del Mar Tristán, subdirectora de la Banda de Música del Maestro Tejera, lo que añadió un tono de solemnidad a la jornada. La corrida, que se desarrolló con un lleno total, fue un reflejo de la pasión que Sevilla tiene por el toreo, donde cada detalle cuenta y cada actuación es recordada.
La Feria de San Miguel, con su mezcla de arte y valor, continúa siendo un pilar fundamental en la cultura taurina de España. La actuación de Victoriano del Río, junto con los toreros que se presentaron, ha dejado una huella en la memoria de los asistentes, quienes salieron de la plaza con la satisfacción de haber sido parte de un evento que celebra la tradición y la destreza en el toreo. La combinación de toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés, aunque desiguales, ofreció un espectáculo variado que mantuvo al público al borde de sus asientos.
En resumen, la corrida de San Miguel no solo fue un evento taurino, sino una celebración del arte y la valentía que caracteriza a este deporte. La Maestranza, con su historia y su ambiente único, se convirtió una vez más en el escenario perfecto para que los toreros demostraran su maestría y pasión por el toreo. La tradición continúa viva en Sevilla, y cada año, la Feria de San Miguel se reafirma como un evento imprescindible en el mundo del toreo.