La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha implementado una serie de políticas que han demostrado ser efectivas en la lucha contra la inmigración ilegal. A través de un enfoque integral que combina medidas internas y cooperación internacional, Italia ha logrado reducir significativamente las llegadas de inmigrantes ilegales en los últimos años. Este artículo explora las estrategias adoptadas por el gobierno italiano y los resultados obtenidos hasta la fecha.
**Un Enfoque Integral: El Plan Mattei**
El Plan Mattei es una de las iniciativas más destacadas del gobierno de Meloni. Este ambicioso proyecto, que cuenta con un presupuesto de 1.200 millones de euros, tiene como objetivo abordar las causas estructurales de la inmigración ilegal mediante el desarrollo económico en África. La idea es fomentar el crecimiento en los países de origen de los migrantes, lo que podría reducir la necesidad de emigrar hacia Europa.
En el marco de este plan, se han propuesto inversiones en sectores clave como la educación, la sanidad, la agricultura, el acceso al agua y la energía. Uno de los proyectos más relevantes es el Corredor de Lobito, una iniciativa ferroviaria que conectará puertos en la costa atlántica de África con el interior del continente, facilitando el comercio y promoviendo la estabilidad económica en naciones como Angola y Tanzania.
Los resultados de estas políticas son evidentes. Según el Ministerio del Interior italiano, las llegadas ilegales han disminuido en un 52% en los primeros seis meses de 2025 en comparación con el mismo período del año anterior. Este descenso es aún más notable en junio, donde se registraron menos de 6,000 entradas ilegales, lo que representa una caída del 62% en comparación con hace dos años. Este éxito contrasta con el aumento de flujos migratorios en otras rutas, como las Islas Canarias y Grecia, donde las llegadas han crecido significativamente.
**Cooperación Internacional y Acuerdos Clave**
Además del Plan Mattei, Italia ha establecido acuerdos con varios países africanos para controlar las salidas de embarcaciones desde el norte de África. Uno de los acuerdos más significativos es el firmado con Túnez, que ha permitido reducir drásticamente las llegadas desde este país. En 2023, Túnez representaba el 62% de los flujos migratorios hacia Italia, pero en 2025, las llegadas desde allí han disminuido a cifras prácticamente insignificantes.
Otro acuerdo importante es el que Italia ha establecido con Albania, que incluye la apertura de centros de recepción para inmigrantes ilegales. Aunque este proyecto ha enfrentado obstáculos legales, Meloni ha defendido su potencial para disuadir la inmigración ilegal. Estos acuerdos son parte de una estrategia más amplia que busca externalizar la gestión de la inmigración, trasladando la responsabilidad a los países de origen y tránsito.
La reducción en las llegadas de menores extranjeros no acompañados (menas) también es un indicador del éxito de estas políticas. En 2023, Italia registró la entrada de 18,000 menas, una cifra que generó preocupación por la presión sobre los sistemas de acogida. Sin embargo, en 2024, este número se redujo a 8,752, lo que representa una caída del 51%. Esto demuestra que las políticas de Meloni están desincentivando los flujos migratorios descontrolados, incluyendo los de menores.
**Resultados y Desafíos Futuros**
Los resultados obtenidos hasta ahora son un testimonio de la efectividad de las políticas implementadas por el gobierno de Meloni. La reducción de más del 50% en la inmigración ilegal ha aliviado la presión sobre las costas italianas y ha permitido al país establecerse como un referente en la gestión migratoria en Europa. Sin embargo, el camino por recorrer no está exento de desafíos.
La situación en otros países europeos, donde los flujos migratorios continúan aumentando, podría generar nuevas presiones sobre Italia. Además, la implementación de acuerdos con países como Egipto y Libia enfrenta críticas y obstáculos legales, lo que podría complicar la estrategia a largo plazo del gobierno italiano.
A pesar de estos desafíos, el enfoque de Giorgia Meloni hacia la inmigración ilegal, que combina desarrollo en los países de origen y acuerdos internacionales, ha demostrado ser una estrategia viable. La clave del éxito radica en la capacidad de Italia para mantener y fortalecer estas políticas, asegurando que los resultados positivos continúen en el futuro.