La ciudad de Valencia ha visto un aumento significativo en la actividad de compra de viviendas por parte de fondos de inversión internacionales. Estos inversores, provenientes de países como Israel, Estados Unidos, Suiza y Alemania, están adquiriendo lotes de propiedades a precios muy por debajo del mercado, lo que ha generado preocupación entre los agentes inmobiliarios y los ciudadanos locales. La situación actual del mercado inmobiliario en Valencia es compleja y está marcada por la escasez de viviendas disponibles, lo que ha llevado a una competencia feroz entre los compradores, incluidos estos grandes fondos.
La tendencia de compra por parte de estos fondos ha sido impulsada por la adquisición de propiedades que provienen de impagos de deudas bancarias. Según Vicente Díez, portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Valencia, muchos de estos inversores compran lotes de viviendas sin ni siquiera verlas, basándose únicamente en la ubicación y el potencial de revalorización. «La mayoría de los fondos compran lotes. Mandan a un representante a ver los pisos y en ocasiones los graban en vídeo. A veces los adquieren simplemente por la ubicación sin verlos siquiera», explica Díez.
Los lotes adquiridos por estos fondos son variados, incluyendo propiedades de calidad y otras que no son tan atractivas. Esto permite a los inversores obtener descuentos significativos, a menudo del 50% o más, dependiendo de la calidad y la ubicación de las viviendas. La estrategia de maximizar las ganancias implica separar los inmuebles de calidad y ofrecerlos a precios de mercado a través de inmobiliarias locales, mientras que las propiedades menos deseables se mantienen en el inventario.
### La Escasez de Viviendas y el Aumento de Precios
La situación del mercado inmobiliario en Valencia es alarmante, con una oferta de viviendas en venta que ha caído a su mínimo histórico. Actualmente, menos del 1% del parque inmobiliario de la ciudad está disponible para la venta. Con cerca de 430,000 viviendas en la capital del Túria, el número de inmuebles en venta ha disminuido drásticamente, pasando de más de 10,000 a menos de 3,800 en solo tres años. Esta escasez ha llevado a un aumento en los precios de las propiedades, lo que dificulta aún más el acceso a la vivienda para los residentes locales.
Los fondos de inversión están aprovechando esta situación para vender propiedades a precios de mercado, aunque la oferta sigue siendo muy limitada. Según fuentes del sector, los pisos que están en venta pueden alcanzar precios de hasta 400,000 euros, pero estas transacciones son muy restringidas y suelen estar dirigidas a clientes de confianza. Esto ha generado un ambiente de incertidumbre y preocupación entre los potenciales compradores, que ven cómo los precios continúan aumentando mientras la disponibilidad de viviendas disminuye.
Además, la administración pública no está ejerciendo su derecho de tanteo y retracto, lo que significa que no está comprando las viviendas a los mismos precios que los fondos de inversión. Este derecho permitiría a la administración quedarse con las propiedades para destinarlas al parque de alquiler social, pero hasta ahora no se ha implementado de manera efectiva. Un ejemplo de esta situación es la reciente operación de un grupo inversor ruso que adquirió un lote de viviendas en Valencia por un precio notablemente bajo, tras la renuncia de la Generalitat a ejercer su derecho.
### La Influencia de los Megatenedores en el Mercado
En la Comunidad Valenciana, tres de los seis mayores ‘megatenedores’ de vivienda son fondos de inversión estadounidenses. Según datos de la Conselleria de Hacienda, estos fondos han acumulado un gran número de propiedades en la región, lo que les otorga un poder significativo en el mercado inmobiliario. Fondos como Cerberus, CBRE y Blackstone son algunos de los principales actores en este escenario, controlando miles de viviendas a través de diversas filiales.
La creciente influencia de estos megatenedores ha llevado a un cambio en la dinámica del mercado, donde los inversores institucionales están cada vez más presentes. La regulación en otras comunidades, como Cataluña, ha hecho que algunos fondos busquen nuevas oportunidades en Valencia, lo que podría intensificar aún más la competencia por las propiedades disponibles.
La situación actual en Valencia refleja un cambio en la forma en que se está gestionando el mercado inmobiliario, con un enfoque en la maximización de beneficios por parte de los inversores, a expensas de los residentes locales que buscan acceder a una vivienda asequible. La combinación de la escasez de oferta y la creciente demanda por parte de fondos de inversión está creando un entorno complicado para los compradores, lo que podría tener repercusiones a largo plazo en la comunidad y en la economía local.