En un acto de valentía sin igual, el cabo Luis Valcarce de la Guardia Civil se lanzó al agua en un intento desesperado por salvar a un hombre atrapado en un vehículo sumergido. Este heroico rescate tuvo lugar en la madrugada del 29 de octubre, cuando el grupo GRS-3 de la Guardia Civil de València recibió un aviso sobre un coche atrapado bajo un puente en el barranco del Poyo, cerca de Paiporta. La situación era crítica, ya que las aguas arrastraban todo a su paso, y el tiempo era esencial para salvar la vida de la persona atrapada.
Valcarce, sin dudarlo, se ató con cuerdas a un compañero y se lanzó al torrente. La fuerza del agua era abrumadora, y el riesgo de perder la vida era inminente. Sin embargo, su única preocupación era la vida del hombre que aún podía estar con vida dentro del vehículo. Al llegar al coche, encontró a un hombre corpulento que sufría de hipotermia severa tras haber estado atrapado durante toda la noche. En un acto de pura determinación, Valcarce lo esposó por delante y, con el hombre aferrado a su cuello, comenzó el arduo camino de regreso a la orilla.
### Un regreso lleno de incertidumbre
El regreso fue una lucha constante contra la corriente. Valcarce recuerda que, en medio de la desesperación, pensó en su hija y en cuánto la quería. La posibilidad de no salir con vida de esa situación lo invadió, pero el apoyo de sus compañeros, que también se lanzaron al rescate, fue crucial. Juntos, lograron tirar de la cuerda y finalmente, Valcarce y el hombre que había rescatado llegaron a la orilla. La emoción y el alivio fueron indescriptibles, y Valcarce no podía creer que habían logrado salir con vida.
Este acto heroico le valió a Valcarce la Medalla al Mérito en la Guardia Civil con distintivo rojo, una de las condecoraciones más prestigiosas del cuerpo. La entrega de la medalla tuvo lugar en la celebración de la festividad del Pilar, un día que se tornó especialmente emotivo, ya que se conmemoraba la primera celebración tras la devastadora riada que dejó 229 vidas perdidas y un sinfín de daños materiales.
Durante la ceremonia, Valcarce no solo recibió elogios por su valentía, sino que también recordó a su compañero Rubén, quien había trabajado a su lado durante 25 años y había fallecido de cáncer. Este momento de reflexión mostró la humildad de Valcarce, quien prefirió hablar de sus compañeros y de los ciudadanos que también arriesgaron sus vidas para ayudar en el rescate.
### Un homenaje a los caídos y a los héroes
La ceremonia en Utiel, donde se entregaron las medallas, fue un tributo no solo a Valcarce, sino a todos los agentes que participaron en los rescates durante la tragedia de la dana. El General de la Guardia Civil, Arturo Prieto, destacó la valentía y el compromiso de los agentes, quienes, a pesar de las adversidades, no dudaron en arriesgar sus vidas para salvar a otros. La presencia de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, quien se mostró visiblemente emocionada, subrayó la importancia de la labor de los cuerpos de seguridad en situaciones de crisis.
El acto no solo fue un reconocimiento a los héroes, sino también un recordatorio de la tragedia que afectó a la comunidad. La población de Utiel, que aún se recupera de los estragos de la riada, mostró su gratitud hacia los guardias civiles que se lanzaron al agua para salvar vidas. María Isabel, junto a sus nietos, fue una de las muchas personas que agradecieron a los agentes por su valentía, colocando una corona floral en homenaje a los caídos.
La historia de Luis Valcarce es un testimonio del coraje y la dedicación de los miembros de la Guardia Civil, quienes, en momentos de crisis, demuestran que están dispuestos a arriesgarlo todo por el bienestar de los demás. Su acto heroico no solo salvó una vida, sino que también inspiró a muchos a reconocer la importancia de la solidaridad y el sacrificio en tiempos difíciles. La valentía de Valcarce y sus compañeros es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay quienes están dispuestos a luchar por la vida de los demás.