Cristina Peña, una talentosa ceramista originaria de Málaga, ha recorrido un camino lleno de desafíos y éxitos en el mundo del arte. Su historia es un reflejo de la lucha de muchos artistas que, a pesar de las adversidades, encuentran formas de expresar su creatividad y conectar con el público. Desde su infancia en Málaga hasta su reciente participación en la Feria Maison et Objets en París, la trayectoria de Peña es un testimonio de la resiliencia y la pasión por el arte.
La vida de Cristina Peña ha estado marcada por su amor por la cerámica. Desde muy joven, mostró un interés especial por las artesanías, lo que la llevó a establecer su propia marca, Casa Peña. Sin embargo, la situación del mercado inmobiliario en Málaga se convirtió en un obstáculo significativo para su desarrollo profesional. A pesar de que sus piezas se vendían rápidamente, el aumento de los precios de los alquileres la obligó a mudarse a Úbeda, en Jaén, justo antes de una gran manifestación por la vivienda en su ciudad natal.
### Desafíos en el Mercado Inmobiliario
La historia de Cristina es un reflejo de la difícil situación que enfrentan muchos artistas y jóvenes profesionales en Málaga. La presión del mercado inmobiliario ha llevado a muchos a abandonar la ciudad en busca de mejores oportunidades. En el caso de Peña, el propietario de su taller en Churriana le comunicó que iba a aumentar el alquiler, lo que la llevó a tomar la difícil decisión de mudarse. A pesar de su éxito en el ámbito artístico, la falta de apoyo institucional y la imposibilidad de emanciparse económicamente la dejaron sin opciones.
«Málaga está imposible», dice Peña, quien se vio obligada a regresar a vivir con sus padres en su treintena. La búsqueda de un espacio adecuado para trabajar se convirtió en una tarea casi imposible, ya que le ofrecían talleres de apenas nueve metros cuadrados por precios exorbitantes. Esta situación es un reflejo de la realidad que viven muchos jóvenes en la ciudad, donde el acceso a la vivienda se ha vuelto un lujo inalcanzable.
A pesar de estos desafíos, Cristina ha logrado mantener su pasión por la cerámica. Su trabajo ha sido reconocido en diversas plataformas, incluyendo su participación en los Grammy Latinos, donde representó a la cultura andaluza. Sin embargo, su experiencia en Málaga ha sido amarga, ya que no ha encontrado el apoyo que esperaba de las instituciones locales. «No he encontrado ninguna ayuda, y eso que represento a Málaga donde voy», lamenta.
### Éxitos en Jaén y Reconocimiento Internacional
La mudanza a Jaén ha traído consigo nuevas oportunidades para Cristina Peña. Aunque al principio no contaba ni con un horno propio, se encontró con una comunidad dispuesta a ayudarla. Esta red de apoyo ha sido fundamental para que pudiera continuar con su trabajo y mantener su ritmo de producción. En Jaén, Peña ha podido asociarse con el grupo de Artesanos de Úbeda, lo que le ha permitido participar en eventos importantes como la Feria Maison et Objets en París, una de las ferias más relevantes de decoración y objetos del hogar en Europa.
Durante esta feria, Cristina presenta sus piezas, que son una fusión de tradición y modernidad. Sus platos, tazas y cuencos están decorados con motivos geométricos y florales que reflejan sus raíces andaluzas. Además, las frases que adornan sus obras, como «No ni ná» o «Vengo de la tierra donde el compás se hace con los nudillos en la mesa», han resonado con un público más amplio, no solo en Andalucía, sino también en el extranjero.
El éxito de sus piezas es evidente, ya que cada vez que lanza una nueva colección, se agotan en cuestión de minutos. Esto demuestra que, a pesar de los obstáculos, su arte tiene un impacto significativo en quienes lo aprecian. Cristina afirma que su experiencia fuera de Málaga también ha influido en su arte: «Yo me nutro de lo que he vivido». Esta conexión con sus raíces es lo que hace que su trabajo sea auténtico y significativo.
A pesar de su éxito en Jaén y en el extranjero, Cristina no olvida sus lazos con Málaga. Su deseo de regresar a su ciudad natal es fuerte, pero la realidad del mercado inmobiliario sigue siendo un impedimento. «Tengo muchas ganas de volver a Málaga, pero la opción no existe, está imposible», dice con tristeza. La artista se siente atrapada entre su amor por su ciudad y las dificultades que enfrenta para poder vivir y trabajar allí.
Cristina Peña es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación pueden superar las adversidades. Su historia es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, siempre hay espacio para la creatividad y la expresión artística. A medida que continúa su viaje en el mundo de la cerámica, su legado en Málaga y más allá sigue creciendo, inspirando a otros a seguir sus sueños y a no rendirse ante las dificultades.
