La tarde del 4 de noviembre de 2025, la ciudad de Jerez se vistió de luto para rendir homenaje a uno de los más grandes matadores de toros de la historia: Rafael Soto Moreno, conocido universalmente como Rafael de Paula. Su fallecimiento, ocurrido el 2 de noviembre, dejó un vacío en el corazón de aficionados y colegas que lo consideraban no solo un torero excepcional, sino también un símbolo de la cultura taurina en España.
La capilla ardiente fue instalada en la emblemática Iglesia de Santiago, situada en el barrio que vio nacer al maestro. Este lugar, cargado de historia y tradición, se convirtió en el escenario donde amigos, familiares y admiradores se reunieron para dar su último adiós. La figura de Rafael de Paula, con su inconfundible estilo y carisma, ha dejado una huella imborrable en el mundo del toreo.
### Un Legado Inigualable en el Toreo
Rafael de Paula no solo fue un matador, sino un artista que transformó cada corrida en un espectáculo inolvidable. Nacido en Jerez, su carrera comenzó a una edad temprana, y rápidamente se destacó por su valentía y técnica. A lo largo de su trayectoria, se enfrentó a los toros más desafiantes y se ganó el respeto de sus colegas y la admiración del público.
Su estilo único, caracterizado por una elegancia innata y una profunda conexión con el animal, lo convirtió en un referente del toreo clásico. Rafael de Paula no solo toreaba; contaba historias a través de sus movimientos, llevando a los espectadores a un viaje emocional que iba más allá de la simple lidia. Cada pase, cada muletazo, era una obra de arte que dejaba a la audiencia sin aliento.
A lo largo de su carrera, Rafael compartió el ruedo con otros grandes nombres del toreo, como Curro Romero y Francisco Rivera Ordóñez. Su capacidad para conectar con el público y su dedicación al arte del toreo lo hicieron merecedor de numerosos premios y reconocimientos. Sin embargo, su mayor legado es el impacto que tuvo en la cultura taurina y en las generaciones futuras de toreros.
### Un Funeral Emotivo y Repleto de Recuerdos
El funeral de Rafael de Paula se celebró a las 12:00 horas en la misma iglesia donde se instaló la capilla ardiente. La ceremonia fue un momento de profunda emoción, donde se recordaron anécdotas y se compartieron historias que reflejaban la grandeza del matador. Entre los asistentes se encontraban figuras destacadas del mundo del toro, quienes no quisieron perder la oportunidad de rendir homenaje a su amigo y colega.
La capilla ardiente estuvo abierta hasta las 11:30 horas, permitiendo que todos aquellos que lo admiraban pudieran despedirse. La presencia de amigos y familiares, así como de aficionados que viajaron desde diferentes puntos del país, evidenció la magnitud de su legado. La comunidad taurina se unió en un acto de respeto y cariño hacia un hombre que dedicó su vida al arte del toreo.
Rafael de Paula fue enterrado en el Cementerio de Nuestra Señora de la Merced, un lugar que ahora alberga los restos de una leyenda. Su sepultura se convierte en un punto de encuentro para aquellos que desean rendir homenaje a su memoria y recordar su contribución al mundo del toreo.
La figura de Rafael de Paula perdurará en la memoria colectiva, no solo como un gran torero, sino como un símbolo de la pasión y el arte que representa la tauromaquia. Su legado seguirá inspirando a nuevas generaciones de toreros y aficionados, asegurando que su espíritu viva en cada corrida.
La despedida de Rafael de Paula no solo marca el final de una era, sino que también invita a reflexionar sobre la importancia de la cultura taurina en España. A medida que el mundo cambia, la tradición del toreo enfrenta nuevos desafíos, pero la esencia de lo que representa, como la valentía, la destreza y el respeto por el animal, sigue siendo relevante.
En un momento en que la tauromaquia es objeto de debate y controversia, la vida y obra de Rafael de Paula nos recuerdan la belleza y la complejidad de esta tradición. Su legado no solo se mide en trofeos y premios, sino en el amor y la admiración que generó entre quienes tuvieron el privilegio de presenciar su arte.
La comunidad taurina, así como los aficionados, se unen en un sentimiento de pérdida, pero también de celebración por la vida de un hombre que dedicó su existencia a la pasión que lo definió. Rafael de Paula, el maestro jerezano, siempre será recordado como un gigante del toreo, un artista que dejó una marca indeleble en la historia de la tauromaquia.
