La reciente pérdida de José Vicente González, quien falleció a los 79 años, ha dejado un vacío significativo en el panorama empresarial de la Comunidad Valenciana. Su trayectoria no solo se limitó a ser el último presidente de la patronal Cierval, sino que su influencia y legado se extienden a lo largo de varias décadas de compromiso con el desarrollo empresarial y social de la región. González fue un líder polifacético, un hombre del Renacimiento en el ámbito empresarial, que supo combinar su pasión por la historia y la cultura con una visión moderna y progresista del mundo de los negocios.
### Trayectoria Profesional y Liderazgo
José Vicente González comenzó su carrera en el sector metalúrgico, donde se destacó en GH Electrotermia, una empresa dedicada a la fabricación de equipos de calentamiento por inducción. Su ascenso en el mundo empresarial fue meteórico; con solo 16 años, se unió a la empresa y, con el tiempo, se convirtió en uno de sus líderes más influyentes. Su formación académica, que incluyó un máster en Administración y Dirección de Empresas, le permitió adquirir las habilidades necesarias para transformar la compañía en un grupo con presencia internacional en países como Alemania, India, China, Brasil y Estados Unidos.
En 2005, González asumió la presidencia de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), donde se enfrentó a desafíos significativos. La organización había estado sumida en luchas internas y problemas financieros, incluyendo un quebranto cercano a los 4 millones de euros debido a la gestión irregular de fondos públicos. Sin embargo, bajo su liderazgo, la CEV logró sanear sus cuentas y establecer relaciones constructivas con los sindicatos, lo que le permitió recuperar la confianza de sus miembros y fortalecer su posición en el ámbito empresarial.
Su paso a la presidencia de Cierval en 2011 fue visto como un acto de valentía, ya que la organización enfrentaba una crisis profunda en medio de la Gran Recesión. A pesar de que Cierval no era una patronal autonómica en el sentido estricto, sino una organización paraguas que agrupaba a las patronales provinciales, González asumió el reto con la esperanza de revitalizarla. Sin embargo, la situación económica y la falta de recursos llevaron a la desaparición de las patronales de Castellón y Alicante, lo que arrastró a Cierval a una crisis aún mayor.
### Un Hombre de Cultura y Progreso
Más allá de su faceta empresarial, José Vicente González era un hombre de cultura. Su amor por la historia y la literatura, así como su admiración por figuras como Leonardo da Vinci, lo convirtieron en un líder con una visión amplia y humanista. A lo largo de su vida, González promovió la importancia de la educación y la formación continua, convencido de que el conocimiento era la clave para el progreso tanto personal como empresarial.
Su carácter socialmente progresista se reflejó en su enfoque hacia la colaboración entre empresarios y sindicatos, así como en su defensa de la independencia de la patronal respecto al poder político. González fue un firme defensor de las relaciones entre la Comunidad Valenciana y Cataluña, y se opuso a la centralización de poder que, según él, perjudicaba a las regiones.
En 2019, González dejó su cargo en la presidencia de Feria Valencia, donde también había dejado su huella. Su llegada a esta institución, que enfrentaba una crisis de identidad y financiera, fue vista como una oportunidad para revitalizarla. Sin embargo, las diferencias políticas y la falta de consenso sobre el futuro de la feria llevaron a un final amargo en su carrera pública.
La vida de José Vicente González es un testimonio de cómo un líder puede influir en su comunidad a través de la dedicación, la cultura y el compromiso con el progreso. Su legado perdurará en la memoria de aquellos que tuvieron la oportunidad de trabajar a su lado y en la historia del empresariado valenciano, que sigue buscando nuevas formas de crecer y adaptarse a los desafíos del futuro. Su aspiración de instalar un taller en su casa de Dénia para reproducir los inventos de Da Vinci refleja su deseo de seguir creando y contribuyendo, incluso en su jubilación. La figura de González es un recordatorio de que el liderazgo no solo se mide por los logros económicos, sino también por el impacto cultural y social que se deja en la comunidad.