En un giro sorprendente de los acontecimientos, se ha revelado que David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, estuvo más de cuatro meses sin un teléfono móvil en España. Esta maniobra, aparentemente diseñada para eludir la geolocalización de la Agencia Tributaria, ha suscitado un gran interés y controversia en los medios y entre la opinión pública. La situación ha sido documentada en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que está siendo analizado por la magistrada Beatriz Biedma en el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz.
### Estrategia de Ocultación y Residencia Fiscal
Según las investigaciones, David Sánchez optó por dar de baja su número de teléfono el 5 de noviembre de 2021, justo después de regresar de una excedencia en Tailandia. Durante el periodo de apagón, que se extendió hasta el 22 de marzo de 2022, el hermano del presidente no tuvo ninguna línea activa a su nombre en territorio español. Para evitar ser localizado, se hizo pasar por residente en Portugal, un país que ofrece un régimen fiscal más favorable.
La táctica de no tener un teléfono a su nombre es conocida en el ámbito policial como «black phone». Este término se refiere a dispositivos que no están registrados a nombre del verdadero propietario, lo que complica la labor de las autoridades al intentar rastrear la ubicación y los movimientos de una persona. En este caso, David Sánchez utilizó un teléfono registrado a nombre de Playbol SA, la empresa de su padre, que había recibido más de un millón de euros en ayudas durante la pandemia.
La secuencia de eventos es clave para los investigadores. Tras más de cuatro meses sin línea telefónica, reapareció con un dispositivo que no estaba a su nombre, lo que le permitió moverse sin dejar rastro. Esta estrategia ha levantado sospechas sobre sus verdaderas intenciones y su posible implicación en un delito de fraude fiscal.
### Investigación y Denuncias
La Delegación de la Agencia Tributaria en Madrid ha comenzado a investigar la denuncia presentada por el sindicato Manos Limpias, que solicita que se examine si David Sánchez, a pesar de declarar su residencia fiscal en Portugal, realmente vivió en el complejo presidencial de La Moncloa. Esta denuncia se basa en varios hechos, incluyendo que su esposa, Kaori Matsumoto, acudía a revisiones médicas en un vehículo oficial y que David mantuvo una autocaravana en un aparcamiento reservado para funcionarios dentro del recinto presidencial.
Los informes de la UCO también han revelado que David Sánchez ha utilizado al menos siete líneas telefónicas diferentes desde su llegada a Badajoz en 2017. Entre estas, tres eran extranjeras, procedentes de Rusia, Kazajistán y Estados Unidos, lo que refuerza la sospecha de que su objetivo era dificultar la trazabilidad de sus comunicaciones.
El abogado de David Sánchez, Emilio Cortés, ha evitado hacer comentarios sobre la situación, mientras que María Jesús Montero, ministra de Hacienda, ha eludido responder a preguntas sobre el posible fraude fiscal en el que podría estar involucrado el hermano del presidente. Esta falta de transparencia ha alimentado aún más la controversia y el interés público en el caso.
La situación de David Sánchez plantea preguntas sobre la ética y la legalidad de sus acciones, así como sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos en el uso de recursos estatales. La investigación sigue en curso, y se espera que se revelen más detalles en los próximos días. La comunidad política y la sociedad civil están atentas a cómo se desarrollará este caso, que podría tener implicaciones significativas para la imagen del Gobierno y la confianza pública en las instituciones.
En resumen, el caso de David Sánchez no solo pone de manifiesto las complejidades de la vida privada de los funcionarios públicos, sino que también resalta la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión pública. A medida que avanza la investigación, será crucial observar cómo se manejan las acusaciones y qué medidas se tomarán para abordar cualquier irregularidad que se descubra.