La situación en Parcemasa, la empresa que gestiona el cementerio de Málaga, ha generado una gran preocupación entre los trabajadores y la comunidad local. Recientemente, el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Málaga, Daniel Pérez, se unió a los empleados de la cafetería de Parcemasa para expresar su descontento ante el inminente cierre del servicio. Este cierre no solo afectaría a 16 trabajadores, sino que también privaría a las familias que visitan el cementerio de un servicio esencial en un momento tan delicado.
La cafetería de Parcemasa ha sido un lugar de refugio para aquellos que llegan a despedir a sus seres queridos. Pérez enfatizó que, en estos momentos de duelo, las familias merecen un entorno digno, donde puedan disfrutar de un café caliente y un espacio acogedor. La propuesta de sustituir este servicio por una máquina expendedora ha sido recibida con incredulidad y rechazo por parte de los manifestantes. «¿De verdad Paco de la Torre quiere sustituir eso por una máquina vending?», cuestionó Pérez, exigiendo al alcalde que tome medidas inmediatas para garantizar la continuidad del servicio.
### La Responsabilidad del Alcalde
El portavoz del PSOE no solo criticó la falta de acción del alcalde, sino que también pidió que se saque un nuevo pliego de condiciones para adjudicar el servicio a una nueva empresa. Esta empresa debería asumir la deuda existente y garantizar la subrogación de los trabajadores actuales. Pérez argumentó que la inacción del alcalde es un claro ejemplo de negligencia, señalando que después de 25 años en el poder, su gestión ha sido deficiente y ha llevado al abandono de los servicios públicos.
Además, Pérez solicitó el cese inmediato del gerente de Parcemasa, a quien acusó de haber dejado que la cafetería se deteriorara por falta de supervisión. «Si hoy estamos aquí, es porque el alcalde ha mirado para otro lado mientras el servicio se hundía», afirmó. La situación se ha vuelto crítica, y los trabajadores se sienten abandonados, lo que ha llevado a Andrés Sánchez, representante de los empleados, a hacer un llamado directo al alcalde para que evite el cierre de la cafetería.
Sánchez explicó que, según el administrador concursal, el cierre aún puede evitarse si el alcalde solicita una prórroga judicial. «La jueza no está en contra del servicio, al contrario. Solo falta voluntad política», afirmó. La posibilidad de que empresarios interesados asuman la deuda y continúen el servicio está sobre la mesa, pero depende de la acción del alcalde. Los trabajadores, muchos de ellos padres y madres de familia, solo piden poder seguir ofreciendo un servicio digno a la ciudad.
### La Voz de los Trabajadores
La situación ha llevado a los empleados a sentirse obligados a acudir a los medios de comunicación para hacer escuchar su voz. «He pedido una reunión personalmente con el alcalde y no he recibido respuesta. Me veo obligado a acudir a los medios porque estamos al límite», expresó Sánchez. La desesperación es palpable entre los trabajadores, quienes han dedicado más de 30 años de sus vidas a este servicio. La idea de que una máquina expendedora pueda reemplazar la atención y el cuidado que ofrecen es inaceptable para ellos.
La cafetería de Parcemasa no es solo un lugar para comprar alimentos y bebidas; es un espacio que proporciona consuelo en momentos difíciles. La falta de acción del gobierno local ha llevado a una crisis que podría tener consecuencias devastadoras para los empleados y para las familias que dependen de este servicio. La comunidad de Málaga se encuentra en un punto crítico, donde la intervención del alcalde es crucial para evitar el cierre de la cafetería y garantizar que se mantenga un servicio esencial en el cementerio.
La presión sobre el alcalde Francisco de la Torre está aumentando, y los trabajadores y la comunidad esperan que se tomen decisiones rápidas y efectivas. La situación en Parcemasa es un reflejo de la importancia de los servicios públicos y de la responsabilidad que tienen los líderes locales para garantizar que estos servicios se mantengan y se mejoren. La lucha por la cafetería de Parcemasa es, en última instancia, una lucha por la dignidad y el respeto en momentos de pérdida y dolor.