La situación política en Cataluña se encuentra en un punto crítico, especialmente para Junts per Catalunya, que enfrenta un desafío significativo por el auge de Aliança Catalana. Esta nueva formación política, que se posiciona en la extrema derecha del espectro independentista, ha comenzado a captar la atención de un electorado que tradicionalmente apoyaba a Junts. Las encuestas indican que Aliança Catalana podría obtener hasta el 20% de los votos y el 40% de los escaños en el Parlamento autonómico, lo que ha encendido las alarmas dentro de Junts.
La dirección del partido, liderada por Carles Puigdemont, se encuentra en una encrucijada. Por un lado, deben decidir si continuar su alianza con Pedro Sánchez, un acuerdo que les permitió investir al presidente del Gobierno hace dos años. Sin embargo, la presión interna está aumentando, ya que varios alcaldes del partido han comenzado a expresar su descontento con la estrategia actual. Estos líderes locales están pidiendo un cambio de enfoque, sugiriendo que Junts debe abordar temas más pragmáticos como la multirreincidencia delictiva, la ocupación de viviendas y la inmigración, en lugar de centrarse exclusivamente en la independencia.
### La Reacción de los Alcaldes y la Lucha por el Control
La creciente preocupación entre los alcaldes de Junts se ha traducido en una serie de reuniones con la cúpula del partido. Estos líderes locales, que representan una parte significativa del electorado, han levantado la voz para exigir un cambio en la narrativa del partido. La idea de que Aliança Catalana pueda consolidar su apoyo en las próximas elecciones municipales ha llevado a estos regidores a solicitar que se levante el cordón sanitario que se ha impuesto a la nueva formación.
El temor a perder el control en los municipios más importantes de Cataluña ha llevado a los alcaldes a pedir que el Parlament se convierta en el epicentro de las políticas del partido. La falta de avances en el Congreso, especialmente en lo que respecta a la delegación de competencias en inmigración a la Generalitat, ha evidenciado que la mayoría de la investidura ha saltado por los aires. Esto ha dejado a Junts en una posición vulnerable, con una base de apoyo que podría desmoronarse si no se toman medidas rápidas y efectivas.
La figura de Puigdemont, aunque sigue siendo un símbolo del independentismo, no es inmune a la crítica. A medida que las encuestas muestran un descenso en la popularidad de Junts, las diferencias internas comienzan a aflorar. La salida de figuras prominentes como Miquel Buch y Jaume Giró, quienes han abandonado el partido por desacuerdos con la dirección, ha dejado una sensación de inestabilidad en el seno de Junts. Los alcaldes están pidiendo a Puigdemont y a su mano derecha, Jordi Turull, que escuchen sus preocupaciones y actúen en consecuencia.
### El Contexto Político y el Futuro de Junts
El contexto político en Cataluña es cada vez más complejo. Junts, que alguna vez fue un partido dominante en la política catalana, ahora se encuentra en la oposición y con un poder institucional en declive. Aunque todavía gobierna en uno de cada tres consistorios, su influencia en las ciudades más grandes es limitada. Sant Cugat es la única de las diez ciudades más pobladas donde mantiene el control, lo que subraya la necesidad de una reevaluación estratégica.
La presión sobre Junts no solo proviene de Aliança Catalana, sino también de la situación política en el resto de España. La posibilidad de un adelanto electoral por parte de Sánchez ha llevado a Junts a cuestionar su posición y a considerar si deben romper su alianza antes de que sea demasiado tarde. La incertidumbre sobre el futuro del Gobierno español y la falta de un camino claro hacia la independencia han dejado a Junts en una posición precaria.
A medida que se acercan las elecciones municipales y autonómicas, el desafío para Junts será encontrar un equilibrio entre su identidad como partido independentista y la necesidad de abordar preocupaciones más amplias que afectan a la ciudadanía. La presión de los alcaldes y la amenaza de Aliança Catalana podrían forzar a Junts a adoptar un enfoque más pragmático, lo que podría ser crucial para su supervivencia política en los próximos años.