La ciudad de Málaga se encuentra en el centro de un intenso debate sobre el futuro del estadio de fútbol La Rosaleda, tras la propuesta de su remodelación. El Grupo Municipal Con Málaga, que incluye a representantes de Podemos e Izquierda Unida, ha expresado su preocupación por las implicaciones que este proyecto podría tener en la movilidad de la zona y en la experiencia de los aficionados del Málaga CF. En un comunicado, el portavoz del grupo, Nico Sguiglia, ha calificado la iniciativa de «apresurada, mal planificada y con un grave déficit de transparencia».
Uno de los puntos más críticos que han señalado es el impacto que las obras tendrán en la asistencia de los abonados. Según Sguiglia, durante el tiempo que dure la remodelación, más del 50% de los abonados no podrán acceder a los partidos debido a las limitaciones del estadio alternativo que se ha previsto. «Estamos hablando de dejar fuera a más de la mitad de los malaguistas durante dos años. Eso no es un plan, es un atropello a la afición», ha denunciado.
La actual ubicación de La Rosaleda ya presenta problemas de movilidad, con accesos deficientes, escasez de aparcamientos y una alta congestión de tráfico en los días de partido. Con la ampliación del estadio y la construcción de nuevos edificios en los alrededores, el grupo municipal teme que esta situación se agrave aún más. Sguiglia ha afirmado que «la zona ya sufre un colapso evidente en cada encuentro. Con este proyecto se está construyendo un auténtico embudo de movilidad sin haber hecho ningún estudio serio sobre el impacto en los accesos o el tráfico».
La falta de alternativas viables también ha sido un tema recurrente en las críticas. Desde Con Málaga se ha sugerido que una opción más sensata podría haber sido la construcción de un nuevo estadio en terrenos como los de San Cayetano, lo que permitiría una infraestructura moderna y planificada, capaz de abordar los problemas logísticos y de movilidad. «Este proyecto llega con prisas, sin planificación, sin anticipación y con muchas dudas. Es pura improvisación», ha añadido Sguiglia.
Además, el grupo municipal ha advertido que esta falta de rigor podría perjudicar seriamente al Málaga CF, un club que ya ha enfrentado años de problemas institucionales debido a la mala gestión de la familia Al Thani. La concejala y portavoz adjunta de la confluencia de izquierda, Toni Morillas, ha enfatizado que «lo que el Málaga necesita no es un megaproyecto de papel que se deshace con la primera crítica. Necesitamos un proyecto deportivo serio, que contribuya a recuperar al club del desastre en que lo dejó la familia Al Thani y que refuerce su implicación real con la ciudad».
La controversia en torno a la Nueva Rosaleda ha llevado a Con Málaga a solicitar una consulta pública, donde los ciudadanos puedan expresar sus opiniones y preocupaciones sobre el proyecto. La participación ciudadana es vista como un elemento clave para asegurar que las decisiones que afectan a la comunidad se tomen de manera informada y transparente.
En el contexto de esta discusión, es importante considerar el papel que el fútbol juega en la vida de los malagueños. La Rosaleda no es solo un estadio; es un símbolo de identidad y pertenencia para muchos aficionados. La posibilidad de que más de la mitad de los abonados no puedan asistir a los partidos durante un periodo prolongado es una preocupación legítima que merece ser atendida.
Por otro lado, el desarrollo urbano y la modernización de infraestructuras son aspectos fundamentales para el crecimiento de cualquier ciudad. Sin embargo, estos deben llevarse a cabo de manera que no comprometan la calidad de vida de los residentes ni la experiencia de los aficionados. La planificación urbana debe ser integral, considerando no solo las necesidades del club, sino también las de la comunidad en su conjunto.
La situación actual de La Rosaleda y el futuro del Málaga CF son temas que requieren un enfoque cuidadoso y colaborativo. La falta de comunicación y transparencia en el proceso de planificación puede llevar a decisiones que no solo afecten al club, sino también a la comunidad en general. Por lo tanto, es esencial que se abra un espacio de diálogo donde todas las partes interesadas puedan expresar sus preocupaciones y contribuir a la búsqueda de soluciones que beneficien a todos.
La Nueva Rosaleda es un proyecto que, si se gestiona adecuadamente, podría transformar la experiencia del fútbol en Málaga. Sin embargo, es fundamental que se realicen estudios de impacto, se consideren alternativas viables y se garantice la participación ciudadana en el proceso. Solo así se podrá asegurar que el futuro del estadio y del club esté alineado con las necesidades y deseos de la comunidad malagueña.
