La situación en Carcaixent se ha vuelto tensa tras el anuncio del Ayuntamiento sobre la construcción de un nuevo auditorio municipal, un proyecto que ha estado en la agenda política durante décadas. Recientemente, el consistorio recibió una subvención de 85.000 euros de los presupuestos de la Generalitat Valenciana para la redacción del proyecto, lo que ha reavivado el debate entre los partidos políticos locales, especialmente entre los socialistas y el Partido Popular.
Los socialistas, representados por su portavoz Sara Diert, han criticado duramente al Ayuntamiento por haber dejado escapar una subvención anterior de 100.000 euros que estaba destinada a la misma finalidad. Esta situación ha llevado a los socialistas a exigir explicaciones sobre la gestión de los recursos públicos y la falta de acción en un proyecto que consideran esencial para la vida cultural de la ciudad. Diert ha señalado que todos los partidos locales han coincidido en la necesidad de contar con un espacio multiusos que pueda albergar eventos de gran aforo, especialmente aquellos relacionados con la actividad fallera, donde los espacios actuales, como el Magatzem de Ribera y el teatro Don Enrique, se quedan cortos.
El teatro Don Enrique, un emblemático espacio cultural de Carcaixent, fue cerrado en 2023 por la alcaldesa Carolina Almiñana debido a problemas estructurales y de seguridad. La falta de cumplimiento de las normativas de prevención de incendios y la ausencia de salidas de emergencia adecuadas llevaron a esta decisión, lo que ha dejado a la ciudad sin un lugar clave para la cultura. Diert ha expresado su preocupación por el futuro de este patrimonio local, que no solo es un edificio, sino un símbolo de la vida cultural de Carcaixent.
En 2024, el Ayuntamiento incluyó una partida de 20.000 euros para la redacción del proyecto del nuevo auditorio en su modificación de crédito, pero la falta de avances concretos ha generado descontento entre los ciudadanos y los partidos de la oposición. La propuesta de un nuevo espacio multiusos ha sido recibida con escepticismo, ya que se ha optado por construir una megacarpa de plástico como solución provisional. Este espacio, que se ubicará cerca de un centro comercial, tiene una capacidad para 2.000 personas, pero su acústica no es la más adecuada para eventos musicales, lo que ha llevado a cuestionar la idoneidad de esta decisión.
La portavoz socialista ha criticado el coste del alquiler de esta megacarpa, que asciende a cerca de un millón de euros por un periodo de cinco años. Según Diert, con esa cantidad se podría haber comenzado la construcción del auditorio definitivo o al menos haber realizado las primeras fases del proyecto. La ubicación de la megacarpa también ha sido objeto de críticas, ya que algunos técnicos municipales han señalado que no es la más segura del municipio, lo que añade más incertidumbre a la situación.
La controversia en torno al auditorio de Carcaixent refleja un problema más amplio en la gestión de los recursos culturales y la planificación urbana en la región. La falta de un espacio adecuado para eventos culturales ha llevado a una disminución en la oferta cultural de la ciudad, lo que afecta no solo a los ciudadanos, sino también a los artistas y grupos locales que dependen de estos espacios para sus actividades.
El debate sobre el auditorio y el nuevo espacio multiusos pone de manifiesto la necesidad de una planificación más efectiva y de una gestión más transparente de los recursos públicos. Los ciudadanos de Carcaixent esperan que el Ayuntamiento tome decisiones que beneficien a la comunidad y que se priorice la creación de un espacio cultural que responda a las necesidades de la población. La presión de los partidos de la oposición y la demanda de explicaciones sobre la gestión de las subvenciones son un recordatorio de que la política local debe estar al servicio de los ciudadanos y de su bienestar cultural.
A medida que avanza el proceso de construcción del nuevo auditorio y se toman decisiones sobre el futuro de la megacarpa, los ciudadanos de Carcaixent continúan observando de cerca cómo se desarrollan los acontecimientos. La esperanza es que, finalmente, se logre un espacio que no solo cumpla con las expectativas, sino que también sirva como un verdadero centro cultural que enriquezca la vida de la comunidad.