Bruno Squarcia, un nombre que resuena con fuerza en la historia del baloncesto español, ha encontrado una nueva vida en Madrid, donde combina su pasión por el deporte con el mundo de la gastronomía. Nacido en Albacete en 1963, Squarcia fue uno de los pioneros del Valencia Basket, un club que ha crecido y evolucionado desde su fundación en 1986. Su trayectoria no solo se limita a las canchas, sino que también se extiende a la restauración, donde ha logrado establecerse como un referente en la capital española.
La historia de Bruno en el baloncesto comienza en su infancia, cuando se unió al equipo del colegio El Pilar en Valencia. Sin embargo, su carrera despegó cuando fichó por el Llíria, donde se destacó como un jugador talentoso. Su paso por el Valencia C. F. fue crucial, ya que fue parte del equipo que defendió la camiseta de la sección de baloncesto antes de que se fundara el Valencia Basket. Esta experiencia le permitió vivir momentos inolvidables en la Fonteta, un lugar que guarda recuerdos entrañables para él.
### Un Viaje desde la Cancha hasta la Cocina
Después de su carrera como jugador, Bruno Squarcia no se alejó del baloncesto. En lugar de eso, se convirtió en comentarista deportivo, compartiendo su conocimiento y amor por el juego con los aficionados. Sin embargo, su vida dio un giro significativo cuando decidió abrir dos locales de restauración en Madrid. Uno de ellos es el restaurante Ouh Babbo, que se ha convertido en un punto de encuentro para los amantes de la cocina italiana. Además, Squarcia también es propietario de Brunetti, una tienda especializada en productos italianos que refleja su herencia cultural.
La pasión de Bruno por la gastronomía es evidente en cada rincón de sus negocios. En Ouh Babbo, los comensales pueden disfrutar de platos auténticos que evocan la tradición culinaria italiana, mientras que Brunetti ofrece una variedad de productos que permiten a los clientes llevar un pedazo de Italia a sus hogares. Esta fusión entre el baloncesto y la cocina ha permitido a Squarcia mantener vivo su legado en el deporte, al mismo tiempo que se establece como un empresario exitoso.
Bruno no solo se enorgullece de su carrera en el baloncesto, sino que también comparte su amor por el deporte con sus clientes. A menudo, se le puede ver hablando sobre sus experiencias en el Valencia Basket, recordando momentos clave y jugadores que marcaron su carrera. Su conexión con el baloncesto sigue siendo fuerte, y su entusiasmo es contagioso, lo que hace que sus locales sean más que simples restaurantes; son espacios donde se celebra la cultura del baloncesto.
### La Pasión por el Valencia Basket
El Valencia Basket ocupa un lugar especial en el corazón de Bruno. Su experiencia como jugador en el primer equipo del club es un tema recurrente en sus conversaciones. Recuerda con cariño la primera victoria en una final de la ACB, un momento que describe como una explosión de felicidad. A pesar de los años, la emoción de esos días sigue viva en su memoria, y su orgullo por haber sido parte de la historia del club es palpable.
La evolución del Valencia Basket a lo largo de los años ha sido notable, y Squarcia ha sido testigo de su crecimiento. Desde sus humildes comienzos hasta convertirse en un competidor formidable en la ACB, el club ha logrado consolidarse como uno de los mejores de España. Bruno destaca la importancia de la dirección actual del equipo y el regreso de Pedro Martínez, quien ha traído un estilo de juego más explosivo y emocionante.
La conexión de Bruno con el baloncesto no se limita a su pasado como jugador. Durante la pandemia, se convirtió en una figura conocida en su vecindario, amenizando las noches con su voz mientras cantaba desde su balcón. Esta iniciativa no solo le permitió mantener viva la conexión con su comunidad, sino que también le recordó a todos la importancia de la alegría y la unidad en tiempos difíciles.
Bruno Squarcia es un ejemplo de cómo la pasión por el deporte puede trascender más allá de la cancha. Su legado en el baloncesto español, combinado con su éxito en el mundo de la gastronomía, demuestra que es posible seguir persiguiendo sueños y creando nuevas oportunidades. En Madrid, Bruno ha encontrado un nuevo hogar, donde su amor por el baloncesto y la cocina se entrelazan, creando un espacio único que celebra la cultura y la tradición.
