La situación del mercado de alquiler en València se ha vuelto insostenible, con precios que han alcanzado cifras récord en el segundo trimestre de 2025. Según un informe de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València, el coste medio de arrendar una vivienda en el centro de la ciudad supera los 2.000 euros al mes, con zonas como la Gran Vía Fernando el Católico y la Alameda alcanzando precios aún más altos, de hasta 2.400 euros. Este incremento se ha visto impulsado por la llegada de grandes multinacionales y profesionales con alto poder adquisitivo, lo que ha llevado a un aumento del 74,1% en los precios desde 2019.
El informe revela que el alquiler más común en València se sitúa en 1.900 euros, mientras que el coste medio se queda en 1.633 euros, gracias a la disponibilidad de pisos en la periferia por debajo de mil euros. Sin embargo, la tendencia es clara: los precios están subiendo, especialmente en los distritos más alejados del centro, como Campanar y Benicalap. Fernando Cos-Gayón, director de la Cátedra, señala que encontrar un piso de tres dormitorios por menos de 2.000 euros se ha vuelto una tarea complicada.
### La Escasez de Viviendas de Protección Pública
Uno de los aspectos más alarmantes del informe es la drástica reducción de viviendas de protección pública (VPP) disponibles en València. En el último trimestre, solo había 15 viviendas de este tipo en venta activa, lo que representa un 0,0036% del total del parque de viviendas de la ciudad. Esta cifra es un claro indicador del desmantelamiento de la política pública de acceso a la vivienda, que ha dejado a los hogares de ingresos medios y bajos sin opciones viables.
El estudio también destaca que la VPP ha dejado de ser una opción estratégica para muchas familias. En áreas como Benimaclet, se cuestiona la edificabilidad de suelos ya planeados, lo que podría condenar a la juventud a seguir siendo expulsada de la ciudad. La falta de nuevas construcciones es otro factor que agrava la situación. Actualmente, solo hay 91 pisos de obra nueva disponibles, y la combinación de burocracia lenta, escasez de suelo y un aumento del 30% en los costos de ejecución material desde 2020 está paralizando las promociones.
Además, la falta de mano de obra cualificada en el sector de la construcción es un problema creciente. La edad media de los trabajadores en este campo supera los 50 años, y la Formación Profesional no está logrando satisfacer la demanda. Como resultado, las promociones se están paralizando y encareciendo, lo que limita aún más la oferta de vivienda en València.
### Consecuencias Sociales de la Crisis Habitacional
Las repercusiones de esta crisis no son solo económicas, sino que también son profundamente sociales. València cuenta con cerca de 40 asentamientos informales, donde familias viven en chabolas, caravanas o infraviviendas. Más de 200 menores se encuentran en condiciones de vida inaceptables, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación. Desde hace años, la Cátedra ha estado advirtiendo sobre el agotamiento del modelo de vivienda, pero las respuestas han sido insuficientes.
La falta de una tipología de vivienda social adecuada en España, a diferencia de otros países que enfrentan flujos migratorios similares, ha llevado a un aumento de la exclusión social. Sin una base sólida para abordar el problema, la situación solo puede empeorar. Fernando Cos-Gayón advierte que estamos ante una emergencia habitacional estructural, con un alto riesgo de conflicto social. La falta de acción y planificación por parte de las autoridades ha dejado a muchos en una situación precaria.
En medio de esta crisis, el gobierno valenciano ha intentado implementar medidas para facilitar el acceso a la vivienda para los jóvenes. Desde junio de 2024, se ha puesto en marcha un programa de garantías del Institut Valencià de Finances (IVF) que ha avalado la compra de casi tres viviendas para jóvenes al día. En su primer año, 1.475 jóvenes han sido beneficiarios de este programa, con un importe total avalado de 12,9 millones de euros. Sin embargo, estos esfuerzos son solo un pequeño paso frente a la magnitud del problema.
La situación del alquiler en València es un reflejo de una crisis más amplia que afecta a muchas ciudades en España. Con un mercado de vivienda que se vuelve cada vez más inaccesible, es imperativo que se tomen medidas efectivas para abordar tanto la oferta como la demanda de vivienda, garantizando que todos los ciudadanos tengan acceso a un hogar digno y asequible.