La reciente aprobación en el Pleno del Ayuntamiento de Málaga ha marcado un hito en la política de vivienda de la ciudad. Con el respaldo de los partidos PP, PSOE y Vox, se ha dado luz verde a la construcción de 1.700 minipisos en 24 parcelas municipales. Esta decisión ha generado un intenso debate sobre la calidad de la vivienda y la necesidad de adaptarse a las nuevas realidades urbanas y demográficas.
### Un cambio en la política de vivienda
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha defendido la iniciativa como una respuesta a la creciente demanda de vivienda asequible, especialmente entre los jóvenes. Las parcelas seleccionadas para la construcción de estos minipisos, que varían entre 45 y 59 metros cuadrados, han sido previamente destinadas a equipamientos públicos, como jardines y colegios. Sin embargo, la disminución de la natalidad y el cambio en las necesidades urbanas han llevado a la administración a reconsiderar su uso.
La propuesta ha sido recibida con críticas y apoyo en igual medida. Por un lado, algunos concejales, como Dani Pérez del PSOE, han cambiado su postura inicial, argumentando que el aumento en el tamaño de los minipisos ha mejorado su dignidad. Pérez, que anteriormente había manifestado que una vivienda digna debería tener al menos 70 metros cuadrados, ahora se muestra favorable a la idea de que las políticas de vivienda de Málaga se alineen más con las de ciudades como Barcelona, donde se han implementado proyectos similares.
El alcalde ha destacado que el 90% de las viviendas estarán destinadas a jóvenes, con un modelo de alquiler transitorio que permitirá a los inquilinos residir en ellas por un máximo de siete años. Este enfoque busca ofrecer una solución habitacional a aquellos que están en una etapa de transición económica, permitiéndoles mejorar su situación antes de buscar una vivienda permanente.
### Detalles del proyecto y su impacto en la comunidad
El proyecto de los minipisos no solo se centra en la construcción de viviendas, sino que también incluye la creación de zonas comunes con equipamientos que mejoren la calidad de vida de los residentes. De la Torre ha mencionado que estas áreas podrían incluir gimnasios y salas de estudio, compensando así el menor tamaño de las unidades habitacionales. Esta estrategia busca fomentar un sentido de comunidad y ofrecer servicios que beneficien a los inquilinos.
Las parcelas elegidas para este proyecto están ubicadas en diversas zonas de la ciudad, excluyendo el centro debido a su alta densidad urbanística. Las áreas seleccionadas han sido consideradas como dotacionales, pero no tenían un uso específico asignado, lo que ha permitido su reconversión para la construcción de viviendas. Este cambio de uso ha suscitado un debate sobre la necesidad de mantener ciertos equipamientos en la ciudad, especialmente en un contexto donde la población joven busca opciones de vivienda asequibles.
El proceso de licitación para la construcción de estos minipisos se espera que se inicie a finales de julio o principios de agosto, con un enfoque en obtener las ofertas más competitivas. El alcalde ha indicado que se espera que los precios de alquiler se mantengan en torno a los 10 euros por metro cuadrado, lo que podría traducirse en alquileres de aproximadamente 550 euros al mes para los minipisos de una habitación y cerca de 700 euros para los de dos habitaciones. Sin embargo, se ha dejado abierta la posibilidad de que las promotoras reduzcan estos precios, lo que podría hacer que las viviendas sean aún más accesibles.
Este enfoque en la construcción de minipisos se asemeja a iniciativas previas en la ciudad, como el desarrollo de 530 viviendas en la Universidad y más de 1.100 VPO en Cortijo Merino y Sánchez Blanca. La estrategia de agrupar las viviendas en lotes de 150 a 200 unidades también se ha implementado en estos proyectos anteriores, lo que sugiere un modelo de desarrollo que busca maximizar la eficiencia y la rentabilidad.
La decisión de construir minipisos en Málaga refleja un cambio significativo en la forma en que se aborda la crisis de vivienda en la ciudad. A medida que la población joven enfrenta desafíos económicos y de acceso a la vivienda, la administración local parece estar tomando medidas proactivas para ofrecer soluciones habitacionales que se adapten a sus necesidades. Sin embargo, el éxito de este proyecto dependerá de su implementación y de la capacidad de la ciudad para equilibrar el desarrollo urbano con la preservación de espacios públicos y equipamientos necesarios para la comunidad.