Un incendio devastador ha tenido lugar en el área de Psiquiatría del Hospital La Fe, donde varias habitaciones han sido consumidas por las llamas. Este trágico evento ha resultado en la muerte de una paciente de 54 años y ha dejado a ocho trabajadores intoxicados. El presunto autor del incendio, Héctor G. M., se encontraba internado en el hospital tras haber sido detenido por un comportamiento errático en el aeropuerto de Manises, donde intentó interrumpir el tráfico aéreo. Su estado mental había sido motivo de preocupación, ya que había sido diagnosticado con trastorno bipolar y había dejado de tomar su medicación prescrita.
### Contexto del Incendio y el Comportamiento del Sospechoso
Héctor G. M. fue ingresado en el Hospital La Fe por decisión médica, respaldada por un juzgado, después de que su comportamiento errático en el aeropuerto llamara la atención de las autoridades. En la madrugada del 12 de junio, saltó la valla perimetral del aeropuerto y corrió hacia la pista de aterrizaje, lo que llevó a su detención por parte de la Guardia Civil. Durante su arresto, mostró síntomas de estar bajo la influencia de alcohol y drogas, y su discurso incluía afirmaciones sobre ser un «hacker de sombrero blanco» que debía detener el tráfico aéreo por razones de seguridad nacional.
Su ingreso en el hospital fue considerado involuntario, y la psiquiatra de guardia decidió que debía permanecer en el centro durante al menos dos semanas para su estabilización. Sin embargo, a pesar de su historial de violencia machista y de las denuncias de su exmujer, el ingreso no fue comunicado a las autoridades pertinentes, lo que generó una falta de coordinación que podría haber tenido consecuencias fatales.
### La Violencia de Género y sus Consecuencias
El día del incendio, la exmujer de Héctor había presentado una denuncia por acoso, describiendo un patrón de hostigamiento que había comenzado en mayo. La denuncia fue realizada cuando él ya estaba detenido y hospitalizado, pero la información sobre su estado no fue compartida con la policía ni con el juzgado de violencia. Esto resultó en una valoración de riesgo extremo para ella y sus dos hijos, lo que subraya la gravedad de la situación.
La falta de comunicación entre los diferentes organismos judiciales y de seguridad ha sido un punto crítico en este caso. A pesar de que la víctima había solicitado protección, las órdenes no fueron emitidas a tiempo, lo que pone de relieve las deficiencias en el sistema de protección de víctimas de violencia de género. La situación se complicó aún más cuando la víctima recibió una llamada de su exmarido desde el hospital, sugiriendo que se reunieran, lo que demuestra la confusión y el peligro en el que se encontraba.
Héctor G. M. permanece bajo custodia policial en otro hospital de Valencia, a la espera de que se complete la investigación sobre el incendio y los antecedentes de violencia. Se le imputan varios delitos, incluyendo homicidio, incendio con riesgo para las personas y daños. La investigación está siendo llevada a cabo por el grupo de Homicidios, que está recopilando toda la información relevante sobre el caso.
Este trágico suceso no solo resalta la importancia de la salud mental y la necesidad de un tratamiento adecuado, sino que también pone de manifiesto la urgencia de mejorar los protocolos de comunicación entre las instituciones encargadas de la protección de las víctimas de violencia de género. La tragedia en el Hospital La Fe es un recordatorio de que la violencia puede manifestarse de muchas formas y que la atención a la salud mental debe ir acompañada de un enfoque integral que considere la seguridad de las víctimas.