El periodismo español ha perdido a uno de sus más grandes exponentes con el fallecimiento de Fernando Lázaro, un referente en el ámbito de la investigación que dedicó su vida a desentrañar verdades ocultas y a dar voz a quienes no la tenían. A los 59 años, Lázaro dejó un legado imborrable en la prensa española, siendo recordado no solo por su trabajo, sino también por su integridad y compromiso con la verdad.
### Trayectoria profesional de un maestro del periodismo
Nacido en Logroño en 1966, Fernando Lázaro se graduó en Ciencias de la Información y comenzó su carrera en el Diario 16, donde mostró desde el inicio su pasión por el periodismo de investigación. Su talento y dedicación lo llevaron a ser uno de los fundadores de El Mundo, un medio que se convirtió en un referente de la prensa en España. Durante más de tres décadas, Lázaro trabajó en este diario, donde se destacó como redactor jefe y dejó su huella en numerosas portadas que abordaron temas de gran relevancia social y política.
A lo largo de su carrera, Lázaro se enfrentó a algunos de los casos más complejos y controvertidos de la historia reciente de España. Desde la lucha contra el terrorismo de ETA hasta la cobertura de la pandemia de COVID-19, su trabajo fue fundamental para informar al público sobre cuestiones que afectaban a la sociedad. Su enfoque meticuloso y su compromiso con la verdad le valieron el respeto y la admiración de colegas y lectores por igual.
Además de su labor en El Mundo, Lázaro también se desempeñó como profesor universitario, compartiendo su vasta experiencia con nuevas generaciones de periodistas. Su influencia se extendió más allá de las páginas del periódico, ya que colaboró con diversos medios de comunicación, incluyendo Esradio, RNE y TVE, donde su voz y su análisis eran siempre bienvenidos.
### Un legado de valentía y compromiso
La vida de Fernando Lázaro estuvo marcada por la adversidad, especialmente tras su diagnóstico de Linfoma MALT en 1999. A pesar de la gravedad de su enfermedad, Lázaro nunca permitió que esto interfiriera en su pasión por el periodismo. Con una actitud positiva y una determinación inquebrantable, continuó trabajando y luchando por su vida, demostrando que su amor por la comunicación y la verdad era más fuerte que cualquier obstáculo.
Su valentía no solo se reflejó en su lucha personal, sino también en su compromiso con causas justas. Lázaro fue un defensor incansable de las víctimas del terrorismo y trabajó arduamente para dignificar su memoria. Su labor fue reconocida con múltiples galardones, incluyendo premios de la Fundación Víctimas del Terrorismo y la Fundación Jiménez-Becerril, que resaltaron su dedicación y su ética profesional.
La noticia de su fallecimiento ha conmocionado a la comunidad periodística y a la sociedad en general. Políticos, colegas y amigos han expresado su pesar y han recordado su legado. Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, destacó que Lázaro fue «un periodista en mayúsculas y un profesional libre», mientras que Santiago Abascal, presidente de Vox, lo recordó como «un valiente que siempre estuvo del lado bueno de la historia». Estas palabras reflejan el impacto que tuvo Lázaro en la vida de quienes lo conocieron y en la profesión que tanto amaba.
El legado de Fernando Lázaro trasciende su obra escrita; su vida es un testimonio de la importancia del periodismo comprometido y de la búsqueda de la verdad. En un mundo donde la información es más accesible que nunca, su ejemplo nos recuerda que el periodismo no es solo un trabajo, sino una vocación que requiere valentía, integridad y un profundo sentido de responsabilidad hacia la sociedad.
La pérdida de Fernando Lázaro deja un vacío en el periodismo español, pero su legado perdurará en las historias que contó, en las verdades que desenterró y en la inspiración que brindó a futuros periodistas. Su vida y su obra seguirán siendo un faro para aquellos que buscan la verdad y luchan por la justicia en un mundo a menudo lleno de sombras.
