El clima de tensión en la radiotelevisión pública valenciana, À Punt, ha alcanzado un punto álgido con el inicio de las protestas conocidas como ‘viernes negro’. Este movimiento, que comenzó el 7 de noviembre de 2025, se ha gestado en respuesta a la incertidumbre laboral que enfrenta la plantilla en medio de negociaciones sobre la nueva estructura laboral del ente. Los trabajadores, organizados por el comité de empresa, han decidido manifestarse en las puertas de la sede en Burjassot y en las delegaciones de Alicante y Castellón, vistiendo prendas de tonos oscuros como símbolo de su descontento.
La situación se ha agravado debido a la propuesta de recortes que incluye la eliminación de 29 puestos de trabajo, lo que ha generado un fuerte rechazo entre los sindicatos. Bajo el lema ‘En À Punt no sobrem ningú’, los trabajadores han comenzado una serie de movilizaciones para exigir sus derechos laborales y oponerse a las decisiones que consideran perjudiciales para el futuro del ente. La diputada socialista, Mercedes Caballero, ha mostrado su apoyo a las reivindicaciones de los empleados, quienes argumentan que la eliminación de puestos de trabajo no solo afecta a los trabajadores, sino que también pone en riesgo la calidad del servicio público que À Punt debe ofrecer a la ciudadanía.
### Contexto de la Protesta
La raíz de estas protestas se encuentra en la reciente propuesta de la dirección de À Punt para aprobar una nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT) que, según los sindicatos, representa un ataque directo a la estabilidad laboral de los empleados. La RPT, que se esperaba aprobar en el consejo de administración, fue paralizada ante la presión ejercida por el comité de empresa, que ha defendido la necesidad de mantener todos los puestos de trabajo ocupados. En un comunicado, los sindicatos han enfatizado que su línea roja es clara: no se debe amortizar ningún puesto de trabajo que esté actualmente ocupado.
La situación se complica aún más por el contexto en el que se desarrolla. Los trabajadores de À Punt han estado lidiando con condiciones laborales precarias durante años, enfrentándose a la falta de un convenio adecuado y a la incertidumbre generada por la pandemia de COVID-19 y otros eventos adversos que han afectado a la Comunidad Valenciana. En este sentido, los sindicatos han instado a los miembros del consejo de administración a revisar la documentación proporcionada por el comité y a tomar decisiones informadas que no perjudiquen a la plantilla.
### Reacciones y Futuro de la Lucha
Las protestas en À Punt no son un fenómeno aislado, sino que se inscriben en un contexto más amplio de movilizaciones en el sector de los medios de comunicación. La plataforma RTVs Públicas ha anunciado su intención de convocar una manifestación en defensa de la independencia informativa de las televisiones públicas, lo que pone de manifiesto un creciente descontento con la situación del periodismo en la región. Este deterioro en la calidad del periodismo ha sido señalado por los propios trabajadores, quienes consideran que la falta de recursos y la presión política están afectando la labor informativa de las redacciones.
La lucha de los trabajadores de À Punt es, por tanto, una lucha por la dignidad laboral y por la defensa de un servicio público que debe ser capaz de informar y promover la cultura valenciana de manera efectiva. La respuesta de la dirección del ente y del consejo de administración será crucial para determinar el futuro de la radiotelevisión pública y la estabilidad de sus empleados. En este sentido, los sindicatos han dejado claro que no cesarán en su empeño hasta que se garantice la protección de todos los puestos de trabajo y se respete el derecho de los trabajadores a un entorno laboral justo y seguro.
Las movilizaciones de los ‘viernes negro’ son solo el comienzo de una serie de acciones que podrían intensificarse si no se atienden las demandas de los trabajadores. La presión social y política, junto con el apoyo de figuras públicas y organizaciones, podría jugar un papel fundamental en la resolución de este conflicto laboral. A medida que avanza la situación, será esencial seguir de cerca los acontecimientos y las decisiones que se tomen en los próximos días, ya que podrían tener un impacto significativo en el futuro de À Punt y en la calidad del servicio que ofrece a la ciudadanía.
