La relación entre España y China ha sido objeto de análisis en los últimos años, especialmente en el contexto de la creciente influencia de Pekín en el ámbito global. A pesar de que algunos indicadores sugieren que España podría estar menos expuesta a la influencia china, una mirada más profunda revela una paradoja: el país ibérico se encuentra en una situación de alineamiento creciente con las políticas y estrategias de Pekín, lo que plantea interrogantes sobre su soberanía y autonomía en la toma de decisiones.
### La Caída en el Índice de Influencia China
Recientemente, se ha observado una caída en el índice de influencia china que afecta a España. Este índice, que evalúa la exposición, presión y alineamiento de diferentes países con respecto a China, muestra que la exposición de España ha disminuido del 39% al 30% entre 2022 y 2024. Sin embargo, este dato puede ser engañoso. Aunque la exposición ha disminuido, la presión ejercida por Pekín ha aumentado del 21% al 28%, y el alineamiento ha crecido aún más, pasando del 21% al 32%.
Esta situación sugiere que, aunque España está menos expuesta en términos de vínculos económicos y culturales, está experimentando un aumento en la presión y el alineamiento con las políticas chinas. En otras palabras, el país ha logrado mantener una relación constante con Pekín, lo que se traduce en un retroceso relativo en comparación con otros países que han estrechado sus lazos con China.
### La Dimensión Tecnológica y sus Implicaciones
Uno de los ámbitos más sensibles en la relación entre España y China es el tecnológico. A pesar de las advertencias de diversas instituciones, España ha permitido que empresas como Huawei desempeñen un papel relevante en sus infraestructuras de telecomunicaciones, incluyendo la red 5G. Esta decisión ha suscitado preocupaciones sobre el riesgo de ciberespionaje y ciberataques, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad de España ante la influencia china.
La economía digital española mantiene un alto grado de interacción con proveedores y plataformas de origen chino, lo que contribuye a explicar el aumento en el alineamiento con Pekín. En este contexto, la presión ejercida por China se traduce en concesiones estratégicas que podrían comprometer la seguridad nacional y la privacidad de los ciudadanos.
### Un Alineamiento Silencioso
A diferencia de otros países europeos que han adoptado posturas más críticas hacia la influencia china, España ha mantenido un perfil bajo en su relación con Pekín. Este enfoque puede dar la impresión de menor vulnerabilidad, pero también conlleva riesgos significativos. La falta de debate público y de estrategias claras para mitigar la influencia china permite que el alineamiento se produzca de manera casi automática, sin una evaluación crítica de sus implicaciones.
Mientras que en naciones como Alemania o el Reino Unido se discuten abiertamente los riesgos asociados a la influencia china, en España el tema permanece en gran medida invisible. Esta falta de atención mediática y política puede facilitar un alineamiento que no responde a una decisión estratégica, sino a una inercia que podría resultar perjudicial a largo plazo.
### Desafíos Futuros para España
El retroceso en el ranking del índice de influencia china no debe ser interpretado como un distanciamiento de Pekín. Por el contrario, indica que España se encuentra en una zona de influencia latente, donde la exposición es suficiente para generar alineamiento, pero lo suficientemente discreta como para no despertar alarmas. Esto plantea un desafío significativo para el futuro del país.
España deberá blindarse frente a los riesgos tecnológicos y de ciberseguridad que han sido señalados por agencias nacionales e internacionales. Además, será crucial que el país defina una estrategia clara dentro de la Unión Europea que equilibre los intereses comerciales con la necesidad de proteger valores democráticos y la seguridad nacional.
En un momento en que Pekín intensifica su ofensiva de influencia a nivel mundial, España corre el riesgo de quedar atrapada en una cercanía silenciosa con China, donde su aparente bajo perfil oculta una dependencia preocupante. La falta de una estrategia clara y de un debate público sobre la influencia china podría llevar a decisiones que comprometan la soberanía y la autonomía de España en el futuro.
La relación entre España y China es un tema complejo que requiere atención y análisis continuos. A medida que la influencia de Pekín sigue creciendo en el escenario global, es fundamental que España evalúe su posición y tome decisiones informadas que protejan sus intereses y valores.