La plaza de toros de Logroño fue testigo de un evento que muchos aficionados habían esperado durante años: el debut de Diego Ventura en esta emblemática arena. El rejoneador, conocido por su destreza y carisma, no decepcionó y ofreció una actuación memorable que dejó a los espectadores con ganas de más. En una tarde marcada por la ambición y el dominio, Ventura cortó tres orejas, un resultado que refleja no solo su talento, sino también la conexión que logró establecer con el público y los toros que le fueron asignados.
La corrida, que se llevó a cabo en el marco de la Feria de San Mateo 2025, presentó toros de la familia Capea, que se caracterizan por su buena presentación y juego. Desde el inicio, Ventura mostró su maestría al lidiar con los astados, comenzando con un toro que, a pesar de sus dificultades, permitió que el rejoneador desplegara su repertorio de habilidades.
### La Actuación de Diego Ventura
El primer toro, marcado con el hierro de El Capea, fue un desafío que Ventura supo aprovechar. A pesar de que el astado sangró tras dos rejones de castigo, mostró una buena condición que permitió al rejoneador realizar una faena en la que combinó su estilo clásico con momentos de gran fuerza. La actuación culminó con un rejón de muerte que, aunque no fue perfecto, fue efectivo, resultando en una ovación del público.
El segundo toro, de Carmen Lorenzo, fue un desafío diferente. Ventura, con su caballo ‘Guadalquivir’, se enfrentó a un astado que no tenía la clase ni el ritmo de su predecesor. Sin embargo, el rejoneador no se dejó intimidar y, con ‘Nómada’, logró darle celo al toro, mostrando su flexibilidad y capacidad para adaptarse a las circunstancias. La locura se desató en los tendidos cuando Ventura ejecutó una banderilla sin cabezada, un momento que quedará grabado en la memoria de los asistentes. Tras un rejón de muerte efectivo, el presidente de la plaza no tuvo más remedio que concederle dos orejas, un reconocimiento a su impresionante actuación.
El tercer toro, de San Pelayo, presentó un reto diferente. Aunque el astado tenía clase y ritmo, le faltaba poder en sus embestidas. Guillermo Hermoso de Mendoza, otro de los rejoneadores presentes, trató de lidiar con el toro con temple y elegancia, pero no logró el acierto con el rejón de muerte, lo que resultó en una ovación en lugar de un premio.
La tarde continuó con un cuarto toro que no salió de su querencia, lo que obligó a Sergio Galán a realizar una faena de mérito. A lomos de ‘Bambino’, Galán destacó en las tablas y, a pesar de un rejón defectuoso, logró que el público pidiera la oreja, la cual le fue concedida.
### La Competencia en el Ruedo
La competencia en el ruedo fue intensa, con cada rejoneador buscando dejar su huella. Diego Ventura, con su estilo único, se destacó entre sus compañeros. La actuación de Sergio Galán y Guillermo Hermoso de Mendoza también fue notable, aunque no alcanzaron el mismo nivel de reconocimiento que Ventura. Galán, enfrentándose a un toro más deslucido, logró una faena de mérito, mientras que Hermoso de Mendoza, aunque brillante en su técnica, no tuvo la suerte de su lado con el acero.
El quinto toro, también de Carmen Lorenzo, fue otro momento culminante de la tarde. Ventura, con su caballo ‘Quitasueños’, realizó un quiebro impresionante que hizo vibrar a todos los tendidos. La fuerza de su trasteo fue inconmensurable, y tras un rejón de muerte, el presidente no tuvo más opción que concederle dos orejas, consolidando su estatus como el gran triunfador de la tarde.
El último toro, de la misma ganadería, fue un buen ejemplar que permitió a Hermoso de Mendoza brillar con varias banderillas. Sin embargo, la falta de acierto con el rejón de muerte le costó un premio que había ganado en el ruedo.
La jornada concluyó con una media entrada en la plaza, pero el ambiente era de celebración. Los aficionados se marcharon satisfechos, habiendo presenciado una tarde de toros que quedará en la memoria colectiva. La actuación de Diego Ventura no solo calmó la espera de Logroño, sino que también reafirmó su lugar como uno de los grandes del rejoneo contemporáneo.
La corrida de Logroño no solo fue un espectáculo de destreza y valentía, sino también un recordatorio de la rica tradición taurina que sigue viva en España. Con cada pase y cada rejón, los rejoneadores no solo lidian con toros, sino que también cuentan historias, crean emociones y mantienen viva una cultura que, a pesar de los desafíos, sigue atrayendo a multitudes. La actuación de Diego Ventura es un claro ejemplo de cómo el arte del rejoneo puede seguir emocionando y cautivando a nuevas generaciones de aficionados.