Un destacado cardiólogo ha emitido una grave advertencia sobre un aumento preocupante de tumores cardíacos infantiles, que podrían estar relacionados con la proteína Spike, un componente de las vacunas de ARNm contra la COVID-19. Esta revelación ha suscitado inquietudes sobre la seguridad de estas vacunas y su posible vínculo con el desarrollo de cáncer en niños.
### Un Caso Familiar que Desató la Alarma
El Dr. Peter McCullough, un cardiólogo de renombre mundial, ha compartido un caso impactante que le tocó de cerca. En 2024, un niño de su familia fue diagnosticado con un tumor fibroide cardíaco raro en el ventrículo izquierdo. Este tumor mostró características inusuales que desconcertaron a los médicos, incluyendo cambios fibróticos y neoplásicos mixtos. Lo que hizo que la situación fuera aún más alarmante fue que, tras la cirugía, el niño desarrolló un coágulo de sangre en la aurícula derecha, un evento que McCullough describió como “claramente inusual”, dado que normalmente se utiliza anticoagulación en estos procedimientos.
El Dr. McCullough ha expresado su preocupación de que las toxinas de las vacunas de ARNm podrían haberse transmitido de los padres al bebé. En un informe detallado, instó a los médicos a realizar pruebas para detectar la proteína Spike en el tejido del tumor y el ARNm de la vacuna, pero estas pruebas no se llevaron a cabo, dejando a los médicos desconcertados.
### La Presencia de la Proteína Spike en Tumores Cardíacos
El Dr. McCullough también ha señalado un estudio realizado en 2023 que muestra un aumento del 150% en los tumores cardíacos en comparación con los niveles previos a la pandemia. Este estudio reveló que la proteína Spike estaba presente en 10 de los 11 tumores examinados, lo que sugiere que esta proteína podría tener un papel oncogénico, es decir, que podría estar impulsando el crecimiento del tumor o desactivando los mecanismos naturales del cuerpo que suprimen el cáncer.
Aunque los autores del estudio afirmaron que no había correlación con la vacunación, McCullough ha destacado que la mayoría de los pacientes estudiados habían sido vacunados o habían contraído COVID-19 antes de desarrollar tumores. Esto plantea serias dudas sobre la seguridad de las vacunas y su relación con el aumento de casos de cáncer en niños.
### Un Llamado a la Acción
Ante estos hallazgos alarmantes, el Dr. McCullough ha hecho un llamado urgente para que se realicen pruebas en todas las muestras de patología tumoral para detectar la proteína Spike y el ARNm de la vacuna. La falta de investigación sobre esta conexión está dejando a muchas familias sin respuestas y podría estar contribuyendo a una epidemia silenciosa de cáncer en la infancia.
La posibilidad de que la proteína Spike tenga un efecto oncogénico es preocupante, especialmente considerando que miles de millones de personas han estado expuestas a esta proteína a través de la vacunación o la infección por COVID-19. Para los bebés y los niños, la transferencia de la proteína de la vacuna de los padres podría tener consecuencias devastadoras para la salud a largo plazo.
El Dr. McCullough concluyó que lo que ya se ha descubierto es “muy preocupante” y que es necesario actuar de inmediato para evitar que el daño se vuelva irreversible. La comunidad médica y las autoridades de salud deben tomar en serio estas advertencias y realizar investigaciones exhaustivas para garantizar la seguridad de las vacunas y proteger la salud de las futuras generaciones.