La alcaldesa de València, Mª José Catalá, ha revelado un ambicioso Plan de Infraestructuras Críticas de Abastecimiento de Agua para el periodo 2026-2031, en un evento que reunió a representantes del sector empresarial, universidades, vecinos y colegios profesionales. Este plan, que cuenta con una inversión de 120 millones de euros, busca fortalecer la infraestructura hidráulica de la ciudad y garantizar un suministro de agua seguro y sostenible ante posibles emergencias y catástrofes, como la reciente dana que afectó a la región.
**Objetivos y Medidas del Plan**
El nuevo plan se articula en torno a tres grandes líneas de actuación: fortaleza, modernización y sostenibilidad. La alcaldesa destacó que, aunque las infraestructuras hidráulicas no son visibles, es crucial trabajar para dejar un legado que garantice una ciudad más fuerte y segura. En este sentido, se han propuesto 33 medidas que buscan transformar el sistema de abastecimiento de agua de València.
Uno de los aspectos más destacados del plan es la mejora en la capacidad de los depósitos de agua. Actualmente, estos depósitos solo pueden garantizar el suministro durante 48 horas, pero con las nuevas infraestructuras se espera que el suministro sea ilimitado. Esto se logrará mediante la instalación de macrogrupos electrógenos, pozos y potabilizadores que se ubicarán sobre un acuífero significativo, lo que permitirá a la ciudad ser autosuficiente en términos de abastecimiento de agua.
Además, se planea la renovación de las autopistas del agua, que ya han cumplido su ciclo de vida útil, y la ampliación de la red de baja presión en 27 kilómetros. Esto permitirá que el riego y el baldeo se realicen sin utilizar agua potable, lo que representa un avance significativo en la gestión del recurso hídrico. En el parque de la Devesa, se implementará un suministro independiente para los cañones de agua, que se han utilizado en múltiples ocasiones para refrescar el bosque y reducir el riesgo de incendios.
**Aprovechamiento de Recursos Hídricos**
Otro de los objetivos del plan es el aprovechamiento del agua excedente de la depuradora de Pinedo y de las bombas extractoras de las estaciones del metro. Este agua, que actualmente se vierte al mar, se utilizará para alimentar los nuevos pulmones verdes de la ciudad, como el Parque de Desembocadura. La alcaldesa anunció que se prevé bombear hasta 55 hectómetros cúbicos de agua limpia desde la depuradora hacia la ciudad, contribuyendo así a la regeneración hídrica del Jardín del Turia y a la irrigación de áreas como la Punta y Pinedo.
El concejal del Ciclo del Agua, Carlos Mundina, subrayó que el objetivo principal del plan es asegurar el suministro de agua en la ciudad y evitar situaciones de vulnerabilidad como las que se vivieron durante la dana. Javier Macián, director de Emivasa, destacó que València es una de las pocas ciudades, junto con París, que cuenta con una segunda red de abastecimiento de agua, lo que permitirá garantizar el suministro en caso de emergencias.
Los estudios realizados por la Universidad Politécnica de València respaldan la viabilidad del abastecimiento de agua del acuífero, sugiriendo que es posible extraer hasta mil litros por segundo. Sin embargo, para lograr esto, es necesario ampliar la red de baja presión, que actualmente solo puede extraer 300 litros por segundo. La perforación de cuatro pozos y la instalación de cuatro plantas potabilizadoras permitirán a València contar con un sistema de suministro propio, distinto del actual que depende del canal Júcar-Turia.
La modernización de las tuberías arteriales que transportan el agua a la ciudad es otro de los puntos críticos del plan. Algunas de estas tuberías se encuentran bajo el nuevo cauce y han agotado su vida útil, lo que requiere una intervención urgente para garantizar la entrada de agua a la ciudad. Mª José Magraner, jefa del servicio del Ciclo del Agua, enfatizó la importancia de no desperdiciar ni una gota de agua, y propuso utilizar el agua de achique de las estaciones de metro para el riego de jardines, evitando así el consumo de agua potable de las plantas potabilizadoras.
El coste del plan, que asciende a 120 millones de euros, se considera una inversión necesaria para evitar los costos económicos que podría acarrear una falta de agua en la ciudad. Las 33 medidas se implementarán de manera progresiva, con el objetivo de que para 2031 València cuente con una red de abastecimiento más fuerte, adaptada al entorno y respetuosa con el medio ambiente.