El verano de 2025 ha traído consigo un aumento alarmante en el número de playas cerradas al baño en la Comunidad Valenciana, especialmente en localidades como Alboraia, Sueca, Tavernes de la Valldigna, Xeraco y Daimús. Este fenómeno, que se repite cada año, ha alcanz niveles preocupantes, generando inquietud entre alcaldes, expertos y organizaciones ecologistas. Las causas son múltiples y complejas, y van desde las consecuencias de la riada del pasado octubre hasta el calentamiento del mar y los vertidos de acequias.
La Conselleria de Medio Ambiente ha señalado que las playas más vulnerables a la contaminación son aquellas que reciben aguas de acequias, barrancos y ríos. En el caso de Alboraia, las playas han estado cerradas durante semanas debido a la contaminación procedente de las acequias que desembocan en ellas. Además, hay playas que pueden presentar riesgos de contaminación debido a conexiones autorizadas o no autorizadas en cauces superiores, así como a puntos de alivio de las redes de saneamiento que, en ocasiones, vierten aguas contaminadas debido a averías o fuertes lluvias. Las playas con emisarios submarinos también son especialmente susceptibles, como ha ocurrido en Xàbia, donde se han registrado problemas recurrentes.
### Impacto de la Dana y el Cambio Climático
La relación entre la dana y el cierre de playas es compleja. Aunque no se puede establecer una conexión directa, la riada del año pasado ha tenido un impacto devastador en la infraestructura de depuración y en los ecosistemas costeros. La Conselleria ha informado que 123 depuradoras y más de 150 kilómetros de colectores resultaron afectados, con la mayoría de los colectores necesitando limpieza y otros 24 kilómetros siendo irreparables. El objetivo de alcanzar un «vertido cero» se logró en enero de 2025, cuando todas las depuradoras estaban operativas, pero el trabajo no ha terminado. La Generalitat ha invertido casi 50 millones de euros en modernizar y mejorar las instalaciones de depuración, lo que representa la mayor inversión en la historia de la Epsar.
Además de las obras de depuración, se destinarán 1,5 millones de euros a la renovación de los emisarios submarinos en varias localidades, como Xàbia Arenal y Gandia. Sin embargo, los expertos advierten que el cambio climático está exacerbando la situación. Las altas temperaturas del agua, que han alcanzado casi 30 grados, favorecen la proliferación de microorganismos y algas, alterando los ecosistemas marinos. Francesc La Roca, investigador en sostenibilidad, ha señalado que el calentamiento del Mediterráneo y el exceso de nutrientes están provocando un crecimiento descontrolado de biomasa, lo que afecta negativamente a la posidonia y a la biodiversidad marina.
### Urbanismo y Presión Turística
Otro factor que contribuye a la contaminación de las playas es el urbanismo desmedido y la presión turística. La falta de planificación adecuada ha llevado a que muchos sistemas de saneamiento no estén dimensionados para soportar los picos de ocupación durante la temporada alta. Las urbanizaciones precarias y los sistemas de agua mal mantenidos son un problema recurrente. En muchas ocasiones, las depuradoras no pueden manejar el volumen de efluentes generados, lo que resulta en vertidos directos al mar.
La Roca ha enfatizado la necesidad de revisar la ocupación del territorio y de implementar políticas de ordenación del territorio que se adapten a los nuevos desafíos ambientales. La combinación de un urbanismo incontrolado y el aumento del turismo ha creado un cóctel peligroso que amenaza la calidad de las aguas y la salud de los ecosistemas marinos. La presión ejercida por el turismo, especialmente en las playas más populares, ha llevado a situaciones en las que las infraestructuras no pueden hacer frente a la demanda, lo que resulta en una calidad del agua que no cumple con los estándares necesarios.
El futuro de las playas valencianas depende de la capacidad de las administraciones para coordinar esfuerzos y adoptar medidas efectivas que aborden tanto la contaminación como los efectos del cambio climático. La colaboración entre expertos, organizaciones ecologistas y autoridades locales es crucial para garantizar que las playas no solo sean un atractivo turístico, sino también un espacio seguro y saludable para los residentes y visitantes. La situación actual es un llamado a la acción para todos los involucrados en la gestión del medio ambiente y el desarrollo urbano en la Comunidad Valenciana.